J. F. G.
AVILÉS.
Martes, 24 de septiembre 2019, 02:31
La suya es una historia de una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre que ya desde muy temprana edad era plenamente consciente de que la madre naturaleza le había jugado una mala pasada. Se había equivocado. Su cuerpo no concordaba con su ... ser, con su manera de pensar y de encarar la vida. Natural de la populosa ciudad de Porto Alegre, un gran centro industrial, capital del estado de Río Grande del Sur, fue inscrita como Eberton, nombre de varón. A los doce años ya tenía claro que no se iba a resignar. Fue entonces cuando comenzó a vestirse de mujer, el inicio de una radical transformación física que tenía previsto completar en los próximos meses.
Publicidad
Avilés era la penúltima parada de su periplo por el norte de España como trabajadora del sexo. Ya había pasado por Santiago de Compostela, Ferrol, Oviedo y Gijón. Llegó a Avilés el martes de la semana pasada, y como apunta su amigo Eduardo, «no tuvo tiempo a disfrutar la ciudad ni a entablar nuevas amistades. Casi no pisó la calle». Sus planes a corto plazo pasaban por regresar a Alicante, su ciudad de acogida en España, para después, antes de fin de año, emprender viaje a Brasil. No solo con el fin de reencontrarse con su familia, también para operarse los órganos genitales e inscribirse legalmente como lo que siempre sintió ser: una mujer.
Llegó a Madrid en 2005, animada por un amigo que le aseguraba que en España había trabajo y también por Eduardo, que llevaba unos meses en Madrid. Al final la convencieron. Dejó atrás su trabajo como peluquera, hizo la maletas y cruzó el Atlántico. Una vez en la capital de España comprobó que la realidad distaba de la que le habían pintado. Fue así como entró en el mundo de las trabajadoras sexuales.
No mucho tiempo después de desplazó a Alicante junto a su amigo Eduardo, que trabajaba como camarero y ocasionalmente como socorrista y monitor de gimnasio. Allí formalizaron los papeles, él se casó y ella, que a estas alturas ya se había operado el pecho, se hizo autónoma como trabajadora en el sector de la limpieza, afiliación que mantuvo hasta su brutal asesinato. Lo consiguió gracias a la ayuda de un empresario, un cliente con el que estableció una relación personal.
Paloma Barreto pronto se hizo conocida en Alicante. No por el nombre que ya de pequeña había escogido para sustituir al de registro, Eberton, sino como Sara Fernández. No lo escogió al azar. Se inspiró en una conocida serie de televisión, 'Los hombres de Paco', que seguía episodio tras episodio. En la ficción Sara era la hija de Paco, y se casó con un hombre de apellido Fernández.
Publicidad
Mujer inquieta, en 2014 volvió a hacer las maletas para realizar un periplo europeo que le llevó a Francia, Italia y Suiza, siempre como trabajadora sexual. Al igual que en Avilés y en otras localidades de España alquilaba un piso o una habitación para atender a sus clientes. Trabajaba sola, y contactaba con ellos a través de internet.
Peluquera canina
Tres años después, en 2017 dio por terminado su viaje por Europa, regresó a Alicante e intentó dar un nuevo giro a su vida. Hizo un curso de peluquería canina y empezó a trabajar en su nueva profesión. Fue un cambio efímero. Los ingresos se quedaban muy lejos de los que conseguía como trabajadora sexual, actividad a la que acabaría regresando. Fue entonces cuando inició su viaje por la cornisa cantábrica tan violentamente truncado en la que iba a ser su penúltima parada.
Publicidad
Quienes la conocían aseguran que era una mujer con genio y carácter pero afable, sonriente, simpática, educada y tranquila. No discutía. Si algo no le gustaba declinaba la proposición y punto. Le gustaban los perros, la playa y salir de noche, sin excentricidades, y en Alicante se había forjado un círculo de amigas. En Avilés no le dio tiempo.
Su círculo también subraya su lado más solidario. Paloma acostumbraba a ayudar a brasileños que, al igual que ella, volaron a Europa buscando una vida mejor que no todos encontraron. En algunos casos llegó a hacerles un hueco en su propia casa. Tampoco se olvidó nunca de su familia, a la que enviaba dinero de forma regular.
Publicidad
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.