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Sonrisa en la cara, ilusión y ganas. Así resume Simón Cortina, director del colegio Corazón de María, de Gijón, lo que se ha vivido hoy en la entrada de su centro. Aceptemos que algunos, posiblemente los más pequeños, han sonreído menos, que el miedo puede haber vencido a la ilusión y que hay quien tiene menos ganas. Pero, para todos, para unos 100.000 alumnos desde Infantil a Bachillerato en toda Asturias (a los que hay que sumar también a los universitarios), este martes supone la vuelta a la rutina en un día en el que, más que nunca, destaca la «normalidad». Porque hasta hace unas semanas dicha normalidad no estaba asegurada, con la convocatoria de huelga por parte de los sindicatos, solucionada con un acuerdo que la consejera califica de «histórico».
Una normalidad que pasa también por la pérdida de alumnos: las aulas asturianas contarán con 99.906 estudiantes de Infantil, Primaria, Secundaria (ESO) y Bachillerato, lo que supone un descenso de un 1,6% respecto al pasado curso, cuando había matriculados 101.575 estudiantes. Un descenso que irá acompañado del inicio del descenso progresivo de la ratio, que pasará de 25 a 23 alumnos por aula.
Como era de esperar, el mayor descenso de alumnado se nota en Infantil y Primaria: cuenta con 56.263 alumnos, 1.541 menos que el año pasado, lo que supone un descenso del 2,6%, aunque es menos pronunciado que en los anteriores cursos.
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En la red pública se contabilizan 39.951 matrículas y las 16.312 restantes, en la privada-concertada. Gijón es el concejo con más estudiantes en Infantil y Primaria, con 14.963; seguido por Oviedo, con 13.389, y Avilés, con 4.938.
Admite Inmaculada Arigita, directora del colegio La Ería, de Oviedo, que la falta de niños «se va notando». En su caso, un centro de línea 3, en primero de Infantil este año tendrán un aula menos. En total, unos 560 alumnos que esperan incrementar a lo largo del curso. Más allá de eso, «ilusión y ganas» y normalidad, con la plantilla al completo y apenas ausencias de alumnos en una primera mañana «sin apenas lloros».
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La situación en Secundaria y Bachillerato es más estable: con 43.643 estudiantes, el descenso es apenas del 0,29%. En la enseñanza pública se han registrado 33.363 matriculaciones, mientras que las 10.280 restantes corresponden a la privada-concertada. Gijón es también el municipio con más estudiantes en estas etapas, con 12.059; seguido por Oviedo, con 10.341, y Avilés, con 3.963.
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En cuanto a la dotación de personal para la red pública, la plantilla orgánica aprobada en marzo asciende a 9.519 puestos, lo que supone, según la Consejería de Información, que «prácticamente se mantiene en las mismas condiciones que en el curso anterior, a pesar del descenso en la matrícula». En concreto, «la reducción es de 6 plazas y, porcentualmente, del 0,06%». Sumando la red concertada, Asturias cuenta con unos 12.000 docentes.
Y con estas cifras arranca el curso 2024-2025, en el que la LOMLOE está plenamente implantada; en el que los alumnos de segundo de Bachillerato estrenarán modelo de selectividad (los centros esperan con tener más información a lo largo de este primer trimestre sobre la nueva PAU), en el que todo el país, y también Asturias, iniciará un programa de refuerzo de Matemáticas y Lengua; en el que se ha fijado un nuevo precio del menú escolar y en el que la Consejería de Educación ha podido hacer realidad el ansiado proyecto de Les Escuelines, que abrieron sus puertas el jueves pasado. Un curso también en el que Asturias presume de ser la cuarta comunidad que más invierte por alumno, pero en el que las familias gastarán más que nunca.
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Octavio Villa
Un curso con otras dos novedades importante. Por un lado, las instrucciones que regulan el uso de los móviles en las aulas. Aunque se trata de una novedad, ya que la Consejería de Educación no había publicado hasta hace unos meses ninguna normativa al respecto, lo cierto es que muchos centros, sobre todo de Secundaria, ya lo habían regulado. Como explica Ana Esther Velázquez, directora del IES Bernaldo de Quirós de Mieres, sus alumnos ya son conscientes hace tiempo «que no se pueden usar los móviles ni en los recreos».
En este centro de 600 alumnos, que abre ininterrumpidamente desde las 8 a las 22 horas (con tres turnos, diurno, vespertino y nocturno), el curso ha arrancado con normalidad. Como vienen siendo tradición, las dos primeras horas de la mañana se han dedicado a una sesión extraordinaria de tutoría y, a partir de ahí, a arrancar el trabajo.
El Bernaldo de Quirós sí se verá afectado por la otra enorme novedad del curso: los cambios en la Formación Profesional. Para ellos, las clases arrancan la próxima semana y son conscientes de que habrá un «periodo de adaptación» importante.
La nueva FP se estrenará el próximo curso en Asturias con 10.000 plazas y dos modalidades: general e intensiva.
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