Násara Iahdih y Ruth Arias, con Mena Souliem en la pantalla.

«Vivimos en un régimen donde las mujeres no tienen derecho a hablar»

Mesa redonda'Mujer y religión'Mena Souilem señala la dificultad de luchar contra lo que «el Islam ha santificado en las mentalidades» y Násara Iahdih Said pide no reducir a las feministas árabes a una única identidad

ELENA RODRÍGUEZ

Sábado, 30 de noviembre 2019, 03:11

Dice Mena Souilem que la sociedad del Medio Oriente y Norte de África (MENA por sus siglas en inglés) no se diferencia tanto de otras patriarcales. «La nuestra se basa en la creencia de que las mujeres son menos que los hombres. Es ... algo fomentado por la cultura y la religión. Así, nuestras vidas están controladas por nuestras familias: desde nuestra vestimenta hasta nuestro trabajo, pasando por la educación e incluso nuestro propio cuidado. Todo lo que no tenemos derecho a decidir es la opresión a la que estamos sujetas», explicaba ayer esta estudiante de Derecho, cofundadora de Conciencia feminista, colectivo que lucha por la liberación de las mujeres en la región MENA.

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Por videoconferencia y a preguntas de Ruth Arias, jefa de redacción de LA VOZ DE AVILÉS, siguió abundando en la falta de libertad. «Las leyes se elaboran desde el punto de vista de los hombres, por lo que siempre están del lado del acosador y el violador. Vivimos en un régimen masculino, donde las mujeres no tienen derecho a hablar y hablar de su sufrimiento. Y, si lo hacen, es que buscan escándalos o mentiras».

Ante esta circunstancia, Souilem vio en 2017 «la necesidad urgente» de crear «un espacio seguro donde las mujeres puedan expresarse cómodamente, escribir sobre sus experiencias y análisis y crear, así, un conocimiento feminista alternativo que ayude a otras mujeres a comprender a qué están expuestas y decirles que no están solas». Ahora bien, no es fácil. Su principal obstáculo es «el religioso». «Es difícil desafiar lo que el Islam ha santificado en las mentalidades y comportamientos sociales».

Pese a todo, van ganando batallas: leyes contra la violación y el acoso, contra la violencia y la herencia por igual. «Aún hoy esperamos lograr la igualdad de oportunidades para las mujeres y las minorías de género con el fin de que la sociedad nos vea como personas con pleno derecho». No quiso despedirse sin pedir «solidaridad» a las feministas españolas. «Es importante que escuchen los problemas de las mujeres de nuestras sociedades sin hablar en nuestro nombre».

«Las extravagantes»

Y en este punto tomó el relevo Násara IahdihSaid, fundadora de la plataforma 'Amnat Thawra (Mujeres de la Revolución) para defender los derechos de las mujeres árabes, sea cual sea su religión. Su arranque fue un gran toque de atención. «África solo está a trece kilómetros de España y ustedes saben más de los movimientos de Estados Unidos y Latinoamérica que de los de África. Las feministas árabes saben más de ustedes. ¿Por qué? Si ustedes tienen libros traducidos, acceso a internet... Yo me sentiría avergonzada y les pido que dejen espacio para entender nuestro contexto».

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Explicó que las feministas que proceden de la cultura musulmana son vistas como una «extravagancia». Porque, en Occidente, visten similar y comparten pensamientos, pero sus rasgos y acento las alejan. Y, en su lugar de origen, comparten idioma y cultura, pero su vestimenta y no «comulgar con sus ideas» las sitúa de nuevo en Occidente. «No interesamos a ningún mando». Se ven envueltas en guerras de identidades. «La extrema derecha utiliza nuestro discurso para reafirmarse en su racismo, lo que nos desligitima ante nuestra sociedad. Y la izquierda radical busca diferenciarse de ella y es relativista. Nuestro mundo es complejo. No somos una única identidad.Dejen de cuestionarnos y dejen que luchemos por nuestra libertad».

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