El «soporte callado» del candidato

Nuria, de 15 años, y Paula, de 24, son, junto con su segunda mujer, Marta (estomatóloga de profesión), ese «soporte callado» con el que el próximo rector ha contado en todo momento. Por eso ayer, una vez desvelados los resultados, les costaba contener la emoción. Fundidos en un abrazo interminable. Orgullosos del camino recorrido juntos.

Para la familia tuvo palabras de agradecimiento Ignacio Villaverde en el final de sus primeras palabras ya como rector electo. Palabras para su madre, Ester, a la que echaba una mano en el quiosco que ella regentaba cerca del paseo de Begoña y que falleció en 2019. «Estará viéndome y sonriéndome», quiso imaginarse el catedrático.

Palabras de cariño también para su padre, Antonio, un gallego que compaginaba el trabajo como policía con el de vendedor de enciclopedias y comercial para sacar adelante a sus tres hijos y darles la formación a la que él no pudo tener acceso y que ayer supo de la victoria electoral de su hijo por boca de una de sus nietas.

Y palabras también para su mujer, Marta, que, por razones de trabajo, no le pudo acompañar en el Edificio Histórico. Y nuevamente para sus dos hijas, que todo este tiempo «han estado ahí, pacientes. Haciendo la colada o la comida cuando yo no tenía tiempo ni para ir a la compra, pero siempre con una sonrisa. Gracias, hijas».