Maria Pascual-Torner (Barcelona, 1987) siente pasión por la mar y por los laboratorios, por eso, esos dos mundos se unen en su día a día. Ella es investigadora posdoctoral del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo y es la ... primera autora del estudio –publicado en la revista americana 'Proceedings of the National Academy of Sciences'– en el que se descifra el genoma de las Turritopsis dohrnii, más conocidas como las medusas inmortales.
–Su trabajo con medusas viene de hace tiempo, ¿cuándo empezó?
–Yo hice Ciencias Ambientales y el proyecto de final de carrera lo hice ya sobre la medusa aurelia, que es la típica. Miré cómo afectaban los cambios de temperatura en la reproducción asexual de los pólipos, es decir, cómo iba la clonación de los pólipos con el cambio de temperatura. Luego, cuando hice la tesis, me cambié de grupo de organismos, pero seguí trabajando con plancton gelatinoso, aunque ya no eran medusas, y estudié la subdinámica de las poblaciones.
–¿Cómo consiguieron las medusas inmortales con las que hicieron su estudio? ¿Cómo supieron dónde encontrarlas?
–Intentamos varias opciones, como comprarlas, pero había un poco de confusión sobre cuál era la que revertía. Al final, decidimos ir directamente adonde sabíamos que estaban, porque había un artículo que ahí las había muestreado. De esa manera acotábamos dentro del Mediterráneo. Seguramente estén en muchos más sitios, pero nosotros fuimos para allá. Las encontramos buceando, porque especies de hidrozoos hay muchas y se parecen, así que tienes que hacer un poco el ojo, ya que son difíciles de distinguir. Cogimos varias muestras sin generar impacto en el fondo marino y las miramos con lupa. Para tener un sitio cercano donde trabajar y poder observarlas bien, el único sistema que vimos que consideramos ideal fue alquilar una furgoneta camperizada, que de noche era cama y de día poníamos la mesa y era un laboratorio. Teníamos la facilidad de tener el laboratorio en el mismo sitio en el que buscábamos las medusas y podíamos movernos.
–¿Y cómo hicieron el traslado desde que las sacaron del mar de Italia hasta la Universidad de Oviedo?
–El transporte fueron bastantes horas, pero la furgoneta nos permitía tenerlas ahí y ver si estaban bien. Teníamos que estar pendientes de regular la temperatura porque era verano y hacía mucho calor.
Expedición
«Trabajábamos en una furgoneta camperizada que de noche era cama y de día, laboratorio»
–Una vez llegaron, ¿cómo fue el día a día de trabajo en el laboratorio?
–Primero tuvimos que establecer el protocolo de cultivo porque cada especie es diferente, cada una tiene sus propias peculiaridades. Aunque hay artículos que describan las particularidades, para ponerlo en práctica, hay que encontrar la forma de mantenerlas bien porque eso requiere su tiempo. Para ello, nos ayudó mucho el Acuario de Gijón, en esta prueba de ensayo y error, ellos nos aconsejaron mucho y de la mejor manera que podían, cuando teníamos cualquier problema.
–¿En qué consistía su labor en el estudio dentro del equipo de trabajo?
–Mi labor era ser responsable del proyecto, aunque Carlos López-Otín fuera quien lo lideraba. A la hora de organizar el muestreo, tuve la suerte de que confió en mí y me dejó organizarlo como yo creyera conveniente. También me encargué de la labor de mantenimiento, de generar los acuarios y la forma de cultivo y de llevar a cabo los experimentos. Para el trabajo de campo me ayudó mucho Elena Mateo, que es científica marina y la persona ideal para esta campaña, y, para el mantenimiento, Diana Álvarez, que es técnica de laboratorio, pero expandió sus dotes y empezó a ayudarme a cultivar los organismos.
–¿Cómo se ve físicamente el proceso de rejuvenecimiento de estas medusas que son inmortales?
–Lo que hacemos para que rejuvenezcan es generarles un estrés. Después de generárselo, se contraen y, de esa contracción, se compactan y acaban siendo una bola de un aspecto más opaco, como de un color naranja blanquecino. Luego, sacan un estolón y este brazo se va alargando, se va alargando y, de él, salen nuevos pólipos y así es de la manera en la que se finaliza la reversión de las medusas.
Trabajo diario
«Como ocurre en la mayoría de las investigaciones, fue a base de probar y con contratiempos»
–¿El éxito fue cuestión de insistencia? ¿Hubo muchos días en los que las cosas no salían como querían, que fueran frustrantes?
–Exacto. Como ocurre en la mayoría de las investigaciones científicas, por no decir que pasa lo mismo en todas, fue a base de probar y siempre hay algunos contratiempos. Es un trabajo duro, la verdad, y creo que por lo duro que es, está poco valorado, a nivel sobre todo de las subvenciones que dan para la investigación.
–¿Se han puesto ya en contacto con ustedes compañeros de la ciencia para interesarse por sus resultados?
–Que yo sepa, todavía no. Para hacer colaboraciones, no, aunque sí han contactado con nosotros para felicitarnos.
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