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ELENA RODRÍGUEZ
OVIEDO.
Sábado, 18 de julio 2020, 01:34
En un año en el que todo puede volver a cambiar ante posibles rebrotes, la Universidad de Oviedo se prepara para trabajar en un «entorno dinámico». Su idea, ante todo, es seguir con su modelo, el presencial -para ella, el «ideal»- en el nuevo curso ... académico, pero siempre abierto a la enseñanza telemática. De hecho, los centros ya diseñan su oferta de asignaturas presenciales y 'on line' para tenerlas listas antes del 31 de julio o a principios de septiembre.
Dentro de este plan, la institución académica busca reforzar las aulas con 'wifi' para poderse conectar rápidamente «en estos tiempos de incertidumbre en lo que todo puede pasar», pero también va a solicitar la ayuda de los ayuntamientos para la enseñanza vía internet. Busca espacios grandes en los que los alumnos puedan seguir clases 'online', mientras aguardan a entrar en un aula y seguir con la enseñanza presencial. La idea, sobre todo, es evitar las aglomeraciones a la salida de las clases, ya sea en la propia Universidad como en espacios cedidos por otras administraciones.
En este sentido, y según ha podido saber EL COMERCIO, el Rectorado tiene la intención de solicitar espacios en la Laboral (el Centro de Arte podría ser uno de ellos), en Gijón, y el Palacio de Congresos -el edificio de Calatrava-, en Oviedo. Ambos podrían albergar también la recepción de los alumnos que tiene lugar a principio de curso.
De aquí a finales de julio, la intención del rector, Santiago García Granda, es reunirse con los decanos de las facultades, que ya preparan sus planes de contingencia. La máxima que se les ha trasladado es que «aprovechen todos sus espacios y recursos para garantizar esa máxima presencialidad» y aquellos que no vaya a usar puedan ser utilizados por otros centros. En el caso de falta de espacio, una de las opciones que baraja es trasladar másteres al campus de Mieres, donde la Universidad ve posible que «haya actividad presencial al cien por cien». Lo mismo ocurriría en Química, Marina, Geología o el Padre Ossó.
Para la utilización de espacios, las directrices trasladadas desde la Universidad son «estrictas». La primera: «Poder garantizar el metro y medio de distancia con el fin de que los alumnos puedan seguir las clases sin mascarillas, como ya se hizo en la prueba de acceso a la Universidad, la EBAU».
En este sentido, García Granda matizó que «la institución académica tiene autonomía para organizarse dentro de las normas y no se rige por las establecidas para reuniones sociales». Es decir, «puede tener una ocupación mayor siempre y cuando lo haga con plenas garantías de seguridad. Por eso, en el supuesto de que esa distancia de 1,5 metros no se pueda cumplir, habrá que llevar mascarilla. Para estos casos, se exigirá el uso universal de mascarillas. También se establecerá la correspondiente desinfección personal, de locales y la señalización para la entrada y salida de personas» y, como se decía, la habilitación de grandes espacios para evitar aglomeraciones. «Cubiertos por wifi y para realizar otras actividades».
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