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EVA FANJUL
GIJÓN.
Sábado, 25 de abril 2020, 01:58
El curso universitario 2019-2020 se acabará el 31 de julio y probablemente lo hará sin que se realicen más actividades o exámes presenciales. El rector, Santiago García Granda, lo confirmó así ayer tarde, tras finalizar un Consejo de Gobierno que además de extraordinario ... fue maratoniano, con más de siete horas de duración. La institución académica asturiana apuesta así por la opción 'online' tanto para completar la enseñanza como para llevar a cabo la evaluación. De hecho, solo en casos excepcionales, y siempre que lo permitan las normas de seguridad vigentes, podría valorarse realizar alguna prueba presencial. En concreto, «si veinte o veinticinco días antes de la celebración del examen presencial» siguen sin darse las condiciones para ello se informará a los alumnos de que la prueba se llevará a cabo en la fecha propuesta, pero con la modalidad a distancia.
Aunque «agotador» por su duración y la «intensidad del debate», el consejo universitario resultó «satisfactorio» para sus miembros. Por un lado, el equipo rectoral, cuya gestión durante la crisis sanitaria fue muy criticada en los últimos días por los alumnos, consiguió acordar y aprobar un documento por mayoría (salvo dos abstenciones) y tender puentes con el estudiantado dispuesto a superar esta excepcional situación «de la mano» del profesorado. Granda sacó pecho para decir que estos «tiempos duros» han mostrado la debilidad» de la institución y «también sus fortalezas». Hizo gala de la versatilidad de «una universidad que pasó de presencial a 'online' en una semana». Eso sí, con «algunos fallos», reconoció.
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El documento aprobado ayer será la hoja de ruta que regule la actividad universitaria hasta el fin de curso: la docencia presencial y no presencial, la seguridad del estudiantado y del profesorado, los trabajos de fin de estudios, así como otras cuestiones importantes para la Universidad, como los contratos de personal y el mantenimiento de una «mínima actividad investigadora que esperemos que se pueda seguir desarrollando», dijo.
Uno de los compromisos más importantes alcanzados es el de mantener informados a los estudiantes sobre las pruebas de evaluación con tiempo suficiente, «al menos, con un mes de adelanto». Otro de los puntos más reivindicados por los alumnos es el de favorecer «tanto la actividad de evaluación continua como la que se pueda evaluar mediante un examen». Estas cuestiones se pondrán negro sobre blanco en una semana, según anunció el rector. La universidad prepara ya un calendarioque recogerá «todas las actividades docentes de la Universidad» y que mantiene el periodo de exámenes «entre el 13 de mayo y el 2 de junio».
Por el momento, todos los exámenes fijados son no presenciales. Pero eso no indica que la Univerisdad de Oviedo vaya a reconvertirse en una «institución bimodal». Granda reconoce que las circunstancias exigen «una evolución» y se está «aprendiendo mucho de tecnologías y evaluación 'online'» pero, insiste en que en todo caso «dista mucho» de convertir a la de Oviedo en una universidad a distancia.
Cómo preservar la seguridad de los exámenes es una de las cuestiones más complejas y delicadas de toda esta etapa. De hecho, Granda explicaba cómo se ha dedicado todo un anexo del documento aprobado a esta cuestión, «dando instrucciones a través del campus virtual y de la herramienta 'Teams' para asegurar la identificación de las personas, la continuidad de la prueba». Indicaciones que no excluyen que «los profesores puedan emplear otro método».
En cuanto a la fiabilidad del sitema informático de la universidad, algo que preocupa a docentes y alumnado, García Granda confía en que «soportará» la presión de los días de evaluación. El rector confía en la capacidad de la plataforma Teamas, y confirmó que se están estudiando medidas de refuerzo.
Respecto a la posible devolución de la matrícula a aquellos alumnos que se vieron obligados a abandonar el curso por el COVID-19, planteada el pasado jueves por el ministro Manuel Castells, Granda señaló que se trata de algo «complejo y que depende de las comunidades autónomas». Indicó que la Universidad de Oviedo ya «está hablando con el Principado sobre la posibilidad de establecer algún tipo de moratoria en el incremento de las tasas», ya que considera que «hay que proteger de alguna forma al estudiantado que no puede cubrir el curso». También indicó que la postura de la Universidad de Oviedo es apostar por «una línea de ayudas que pueda compensar a las personas y familias que se han visto obligadas de alguna forma o perjudicadas por esta pandemía y han perdido sus puestos de trabajo».
Tampoco se contempla que haya que devolver el importe de matrícula en asignaturas concretas, tal y como también barajó el miunistro de Universidades el jueves, ya que el rector considera que se impartirá toda la materia y no quedarán asignaturas por evaluar que justifiquen la medida de cara al curso 2020-2021.
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