Amigos y familiares de Mar Donate, ayer, en el tanatorio de Sama. J. M. Pardo

«No trazó la curva y chocó contra el maldito quitamiedos», lamenta el marido de la mujer fallecida en Tineo

«No era una curva complicada, era fácil y tenía mucha visibilidad, pero se salió de la trazada»

alejandro fuente

Domingo, 16 de enero 2022, 21:43

Las muestras de dolor eran constantes. Familiares y amigos se congregaban, ayer por la tarde, en la primera planta del tanatorio de Sama donde se había instalado la capilla ardiente de Mar Donate, quien fallecía el sábado en Tineo en un accidente de moto. Allegados ... y conocidos se acercaban a la familia sin necesidad de decir palabra alguna. Solo se fundían en abrazos y dejaban salir el dolor. Al marido de la víctima, Carlos Javier Alonso, le costaba hablar. «No tenía que haber ocurrido, no tenía que haber caído», decía con la voz rota de dolor.

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Él fue testigo del fatal siniestro. Eran seis las motos -y ocho personas- las que habían salido en grupo para disfrutar de la jornada soleada sobre el asfalto. Carlos Javier Alonso iba detrás de ella y vio cómo se salía de la carretera y chocaba con el quitamiedos metálico. «Ese asfalto estaba en buenas condiciones, no sé lo que pudo ocurrir. Fue en la salida del pueblo -La Pereda- e íbamos despacio».

Ocurría poco después de las cinco y media de la tarde del sábado. El grupo de amigos, aficionados a las dos ruedas, vieron el sol y se animaron a realizar una ruta. Ella iba sola en su moto. «Acabamos de comer y volvíamos a la carretera; hacía un día espectacular, con el cielo mucho más azul que el de hoy», decía -por ayer- uno de los componentes de la peña, Miguel Ángel Castañón.

Él también iba con su moto detrás de Mar Donate y no se explica lo ocurrido. «Teníamos un coche entre los dos y, de repente, el turismo hizo una maniobra extraña que me hizo tener que sortearlo». Fue el momento de la caida. «La calzada estaba en perfectas condiciones, no había humedad ni hielo. Pero no trazó la curva; hizo un recto y chocó con el maldito quitamiedos», recuerda.

Los compañeros explicaban que todos se detuvieron al margen de la carretera. «Fue su propio marido quien intentó reanimarla durante un buen rato, como diez minutos, hasta que llegaron los servicios sanitarios; no se pudo hacer nada por ella. Falleció prácticamente en el acto».

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Fue una fatalidad. «No era una curva complicada, era fácil y tenía mucha visibilidad, pero se salió de la trazada. Igual se puso nerviosa por algo y no le dio tiempo a reaccionar. Desconocemos lo que ocurrió», repiten. Solo medio metro separó la vida de la muerte de la vecina de Langreo. «Chocó con el quitamiedos. Si llega a salirse unos cincuenta centímetros después ya no había quitamiedos y se habría deslizado por el práu», asegura Castañón.

Precisamente era una de las quejas que expresaba ayer el presidente de la Unión Internacional Defensa Motociclistas, Juan Carlos Toribio. «No todos los guardarraíles protegen y la Administración pública no protege a este tipo de usuarios de las carreteras», lamentaba. Aseguraba que tan solo a 25 kilómetros por hora un golpe con este tipo de estructuras metálicas ya es mortal. «No puede ser que los motoristas mueran por el hierro que se coloca en las calzadas». Está previsto que, a las cinco y media de la tarde hoy, los restos mortales de María del Mar Donate sean trasladados al tanatorio La Florida-Sotrondio para su incineración.

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