La plaza de la Pradera del Saceral, en el barrio norteño de Mirasierra, pasará a llevar el nombre de Torcuato Fernández-Miranda; abajo a la derecha, el expresidente de las Cortes durante la Transición. IÑAKI MARTÍNEZ / EC

Enrique Fernández-Miranda: «Dando una plaza de Madrid a mi padre se reconoce el espíritu de concordia de la Transición»

La familia del expresidente de las Cortes elogia la decisión del Ayuntamiento de Madrid de dar su nombre a una glorieta

Octavio Villa

Gijón

Miércoles, 17 de febrero 2021

El Ayuntamiento de Madrid, con su alcalde, el popular José Luis Martínez-Almeida, al frente, acaba de decidir dar el nombre del gijonés Torcuato Fernández-Miranda (1915-1980) a la glorieta hasta ahora conocida como plaza de la Pradera del Saceral, en el ... barrio norteño de Mirasierra. El acto de inauguración tendrá lugar el próximo 3 de marzo.

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La familia del político asturiano, que fue el presidente de las Cortes durante el periodo de la Transición politica de la dictadura a la democracia, ha recibido la noticia con profunda satisfacción, si bien tanto su hijo, Enrique Fernández-Miranda, como su sobrino-nieto, Juan Fernández Miranda, coincidieron ayer en señalar que «dando su nombre a una plaza se le reconocen sus méritos, pero también y muy principalmente el espíritu de concordia de la Transición, en la que -precisó Enrique Fernández-Miranda- Adolfo Suárez y mi padre fueron claves, pero también lo fue la actitud de toda la izquierda y de la derecha ajena al sistema, con figuras como las de Carrillo, Tierno o Felipe».

Enrique Fernández-Miranda, médico, político y decano de la Diputación Permanente y del Consejo de la Grandeza de España anotó ayer que todos ellos «dieron un ejemplo de que en la política valen los esfuerzos colectivos», frente a «la actitud efebista de algunos que ahora parece que quieren inventarlo todo». En el mismo sentido se manifestó Juan Fernández-Miranda, subdirector de 'ABC', destacó que «mientras en Madrid se está hablando mucho de calles, con un debate permanente sobre la memoria histórica que se centra en quitar, lo que ahora hace el Ayuntamiento de Madrid no es retirar ningún honor, sino ponerle a una plaza de alguien que trabajó por la llegada de la democracia, lo que es una forma bonita, constructiva y elegante de actuar».

Tanta elegancia como la que tuvo el propio Torcuato Fernández Miranda cuando el ya Rey Juan Carlos I le propuso se presidente del Gobierno. El gijonés declinó, al considerar que sería más útil al Rey y al Estado desde la Presidencia de las Cortes, donde había que lidiar con partidos que habían perdido la costumbre de vivir en libertad.

La plaza está en el barrio norteño de Miraflores, una zona de expansión de Madrid en la que se ubica también la Clínica Ruber. La glorieta que llevará el nombre de Torcuato Fernández-Miranda linda con un parque bautizado con el de Francisco Tomás y Valiente, jurista, historiador y escritor que fue presidente del Tribunal Constitucional de 1986 a 1992, y al que ETA asesinó a tiros en la Universidad Autónoma de Madrid. Juan Fernández-Miranda destacó que «los dos se significaron en la defensa de las libertades, la democracia y la convivencia».

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