«Hay toneladas de nieve en San Isidro que impedirán acceder a la zona del alud en días»

Su compañero, César Fernández, fue encontrado sin vida el mismo día de la tragedia. Los datos obtenidos no dejaron lugar a las dudas: «Tenemos toneladas y toneladas de nieve que amenazan con caer; hay puntos con grietas y se ha constatado que hubo mas corrimientos», explicaba Francisco Barreñada, jefe de la zona centro. Por tanto, sentenciaba: «No podemos entrar porque el riesgo es brutal; tenemos que esperar que pase el fin de semana».

Los aludes sobre el puerto -la carretera AS-253- son constantes. «Y arrastran de todo, tierra, piedras, árboles y las protecciones metálicas». Pero a todo esto se añaden más complicaciones. La nieve actual se ha endurecido por la bajada de las temperaturas y se espera la llegada inminente de otro temporal con más precipitaciones.

«Esas nuevas capas que caigan encima no van a fundir con las anteriores, por lo que puede servir como una pista de patinaje. Habrá más avalanchas. Es imposible entrar ahí a trabajar». La escala de riesgo de aludes va hasta un nivel cinco, «y aquí nos encontramos casi al máximo». El jefe de la zona centro apuntaba a que ya sabían de antemano que la situación era complicada, «pero el vuelo nos ha hecho ser más realistas». La situación es peor.

Las distintas actuaciones que se vayan a realizar se van a decidir según las circunstancias de cada momento, explicaba Barreñada. El puesto de mando avanzado va a permanecer en Felechosa pero el mando de los Bomberos advierte de que poco se va a poder a hacer. «Las condiciones solo van a empeorar», subrayaba.

A las 11.40 horas despegaba el helicóptero de la improvisada pista de aterrizaje que había habilitado sobre la nieve cerca del puesto de mando avanzado de Felechosa. Tras un recorrido de algo más de media hora, regresaba la aeronave. «Aquello es tremendo. No se puede ni adivinar por dónde pasa la carretera», comentaba uno de los rescatadores nada más poner el pie en tierra.

Barreñada incidía en este aspecto; «la inspección la ha realizado personal que estuvo los primeros días en el operativo y no se pudo divisar la máquina quitanieves -que fue encontrada el día 2 a 200 metros de la calzada precipicio abajo- ni la furgoneta que quedó en el puerto. «Y estamos hablando de maquinaria de grandes dimensiones; lo que hay ahí es un peligro constante. Hay que tener en cuenta, además, que vuelven a bajar las temperaturas».

Barreñada aseguraba que el riesgo de las personas que vayan a intervenir «es muy grande. No podemos generar otra tragedia», remacarba el responsable. Tampoco se sabe si se podrá usar medios técnicos en los próximos días. Parece que se descarta, de momento, provocar aludes para despejar el riesgo la zona, porque ello implicaría más acumulación en la base, donde se cree que está el cuerpo del trabajador. Se tiene que evaluar, por otro lado, el uso de un georradar y la posibilidad de acoplarlo al helicóptero, pero esta opción solo daría posibilidades de detectar una anomalía en el terreno que daría pistas sobre a ubicación de Virgilio.