El temporal 'Barra' anuncia una tregua pero lleva el riesgo a los ríos y los desprendimientos

Durante toda la mañana y buena parte de la tarde se han registrado nevadas de cierta intensidad, que en las zonas altas de montaña han acumulado espesores de nieve que superan los dos metros en algunos lugares al sumarse a la nieve caída en jornadas anteriores y que ya no solo implican un riesgo para la circulación (de hecho, el Principado ha limitado el tráfico en varios lugares por el riesgo de aludes), sino que, con la mejoría del tiempo que se anuncia para mañana y pasado mañana, supone también un cierto riesgo de inundación en las vegas de los ríos asturianos y del norte de León, donde la Agencia Española de Meteorología tiene activada la alerta naranja para hoy, mañana y el viernes.

El temporal parece haberse llevado lo peor de su manifestación en forma de vientos y precipitaciones algo más al norte de lo previsto inicialmente, y está afectando con intensidad a alta mar en el Cantábrico y a las islas británicas.

Una de sus expresiones más llamativas fue la intensísima granizada que sorprendió a los pocos ciudadanos que se encontraban en el exterior hacia las cuatro menos cuarto de esta tarde entre Gijón y Gozón. En Gijón, durante algo más de cinco minutos, cayeron granizos del diámetro de pequeñas canicas, mientras el cielo estaba completamente oscurecido hacia la mar y entraba el sol desde algunos claros abiertos al sur de la ciudad, lo que dio como resultado una espectacular combinación de granizo y arcoiris, además de cubrir someramente de blanco las calles y la playa de San Lorenzo. En Luanco se repitió esta escena, llegando a acumular algunos centímetros de espesor el granizo caido sobre la localidad y su playa.

Las estaciones de seguimiento de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico tienen en situación de seguimiento los ríos Narcea en Soto de la Barca, Requejo y Quinzanas, y Pigüeña a su paso por Puente de San Martín, y en las próximas horas es posible que los cauces se vean afectados por el intenso aporte de las lluvias y de un cierto nivel de deshielo de la nieve caída, dado que durante la jornada de hoy esta ha llegado a cuajar en altitudes poco habituales, en torno a los 400 o 500 metros, en particular en zonas del suroccidente.

Precisamente preocupa a las autoridades especialmente la situación de las comunicaciones entre el suroccidente y el centro de la región. A los argayos registrados en Casazorrina (Salas) en la N-634, que continúa asentándose y amenaza con invadir el bypass que se construyo para dar paso a la circulación, y en Soto de la Barca en la AS-15 (donde prosiguen también los trabajos para estabilizar una ladera en Pilotuerto, justo sobre la AS-15), que mantiene cortada la carretera, esta mañana se sumó una intensa nevada en la zona de La Espina (Salas), que en estos momentos es la única alternativa viable para desplazarse entre el centro de la región y el suroccidente y viceversa, lo que complicó la mañana a los habitantes de la zona y a los transportes de polígonos industriales tan potentes como el de La Curiscada, en Tineo, o el de Obanca, en Cangas del Narcea.

Por la tarde, la nieve ya había sido retirada de la calzada de la N-634 en el entorno de La Espina.

Con todo, la situación sigue suponiendo riesgos. Asturias acumula ya varias semanas de precipitaciones intensas y casi continuas, y en esas circunstancias son corrientes los desprendimientos y argayos en el entorno de las vías de comunicación.

Esta mañana se registró un gran argayo en la carretera local de Langreo LA-8, que da servicio a las localidades de La Corra, Pampiedra, El Fresnedal, El Carril, La Canga, El Corralón y La Tixuca. El corrimiento de tierras también ha derribado dos torretas eléctricas, por lo que los quince vivendas de la zona no tienen luz. Los Servicios Operativos y la Policía Local de Langreo ya trabajan en la zona a la espera de la llegada de técnicos de la Dirección General de Carreteras del Principado, de la que depende el mantenimiento de la vía, y de la compañía eléctrica. Los trabajos para estabilizar la ladera empezarán cuando mejore el tiempo. Los pueblos no están completamente aislados. Una pista accesible en vehículos todoterreno permitirá el paso de los servicios de emergencia si surge la necesidad.

Por lo demás, la intensidad del oleaje impidió hoy de nuevo salir a faenar a la totalidad de la flota asturiana de bajura, que se encuentra con un problema de fondo al acumular ya muchas jornadas de inactividad y no preverse condiciones mucho mejores para las próximas jornadas, en las que proseguirá la alerta naranja por olas de cinco a seis metros.

El patrón mayor de las cofradías asturianas, Adolfo García, de Puerto de Vega, indica que van a solicitar a la Dirección General de Pesca activar como días faenables algunos de los que están previstos como festivos, para compensar por dicha inactividad y solo en el caso de que las condiciones de la mar lo permitan, dado que la situación está afectando ya al suministro con vistas a la campaña de Navidad.

Por otra parte, a primera hora de la mañana la Policía Local de Avilés tuvo que cerrar el paso del Reblinco, cerca del antiguo barrio de pescadores, aunque cuando la marea bajó a media mañana se volvió a abrir, funcionando con total normalidad.

En cuanto al concejo de Castrillón, el fuerte oleaje ha hecho que por precaución la Policía Local cerrase La Peñona en Salinas sobre las ocho de la mañana y aún no se ha vuelto a abrir para evitar cualquier accidente. El paso de 'Barra' por el concejo ha dejado numerosos incidentes, aunque ninguno de especial gravedad. Eso sí, los operarios de la empresa Daorje, encargada de la limpieza de las calles, no dan abasto atendiendo incidencias. El incidente más grave fue un argayo que dejó incomunicado por carretera la última vivienda de Linares, en Naveces. Allí se personó el concejal de Obras, Servicios y Medio Ambiente, Iván López Reguero, quien indicó que se retiró lo suficiente para que pudieran sacar los coches. Mañana una pala retirará el resto. «Hay que tener mucha precaución con este temporal y utilizar el coche lo menos posible», afirmó el concejal.

Las bajas presiones dejaron ayer en la capital del Principado un día invernal más dentro de la sucesión de frentes que barren la región desde mediados del mes pasado. Hasta las ocho de la tarde habían caído sobre Oviedo 11,4 litros de agua por metro cuadrado. Las precipitaciones fueron en forma de lluvia en su mayoría, con apenas unos copos de nieve que no cuajaron en las alturas del Naranco a primera hora del día y ni rastro de granizadas. Con todo el descenso térmico fue notable. Las máximas cayeron de los 13,2 grados del miércoles a tan solo 7,3 y las mínimas se desplomaron más de siete grados, de 10,4 a tan solo 3,2.

A pesar de los anuncios de fuerte temporal, la racha máxima de viento se quedó en los 66 kilómetros por hora, la más intensa de lo que llevamos de mes, pero poco constante y con periodos de calma y brisas flojas. Los Bomberos, que estaban prevenidos y esperaban una jornada agitada, apenas tuvieron que hacer salidas.