LUCÍA RAMOS
COLOMBRES.
Lunes, 4 de noviembre 2019, 02:29
«Hemos vuelto a nacer, todavía estoy en shock». Con estas palabras se expresaba ayer la ribadedense Beatriz Rodríguez, mientras contemplaba cómo ha quedado la habitación de su hija Victoria, de cuatro años. Eran las tres de la mañana, explica, cuando en medio del temporal ... escucharon «un golpe enorme, como un estallido», en el interior de su casa. Al correr hacia la habitación de la niña, donde había sonado el ruido, Beatriz no podía dar crédito a lo que veían sus ojos. «El viento arrancó el sombrerete de una de las chimeneas del edificio, que pesará unos doscientos kilos, y lo metió en el cuarto de mi hija», explicaba, aún conmocionada por lo ocurrido.
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Por fortuna, la pequeña no se encontraba en su cama en ese momento. «Se había empeñado en dormir en la mía, fue una casualidad tremenda», reconoce la joven madre.
También una casualidad providencial fue el hecho de que el incidente no tuviera lugar cinco minutos antes, cuando ella misma estaba intentando ajustar bien el velux por el que instantes después entraría el sombrerete. «Si me pilla, me mata. Arrancó la ventana de cuajo, que salió volando, se llevó por delante el radiador y destrozó el suelo», indica. Y relata cómo nada más comprobar que la niña estaba bien, llamó a su expareja para que las fuera a buscar. «Tuvimos que pasar la noche fuera», indica, mientras recoge varias prendas de ropa y objetos de su hija en medio de una habitación en la que «parece que cayó una bomba». «La niña va a pasar estos días con su padre, pues aquí no se puede quedar», apunta, y reconoce que aún no ha decidido qué va a hacer ella. «Me dicen que yo tampoco debería quedarme, pero no me quiero ir, tengo aquí todas mis cosas», señala.
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Mientras prepara la maleta de su hija no puede dejar de contemplar los importantes destrozos y se pregunta qué va a suceder a continuación. «Todavía no me lo termino de creer y no sé muy bien qué tengo que hacer, espero que se haga cargo de la reparación Vipasa, que es la propietaria del edificio, pues yo no puedo hacer frente», reconoce, acompañada por el alcalde de Ribadedeva, Jesús Bordás, que ayer por la mañana no dudó en acercarse hasta las viviendas sociales de Colombres en cuanto tuvo conocimiento de lo ocurrido.
Y es que el temporal 'Amelie' que la madrugada del domingo asoló la región ha dejado un auténtico reguero de daños en la zona. «Nunca vi nada igual», asevera Beatriz. Momentos antes de lo del sombrerete, «estaba viendo el temporal por la ventana con mi hermana y lo comentábamos, parecía casi un tornado el viento que soplaba, no recordamos haber visto uno tan gordo», relata.
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