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R. MUÑIZ
GIJÓN.
Viernes, 9 de febrero 2018, 04:24
Ocho días ininterrumpidos de nieve y montaña, sin más abrigo que la cabaña ni más contacto con el mundo exterior que una llamada, de cuando en cuando, de un primo para saber si todo iba bien. Es la experiencia a la que ha sobrevivido el ... joven Marcos Fernández y de la que ayer por la mañana se despidió, a bordo de un helicóptero de la Guardia Civil, escoltado por el Grupo de Rescate y Montaña (Greim) de Mieres. El despliegue, en el puerto de Agüería de Bárzana de Quirós tuvo cierta complejidad, dado el manto de más de un metro de espesor que circundaba la choza y que impedía un aterrizaje directo de la aeronave. La tensión del operativo contrastó luego con la versión que ofrecía el padre del chaval, al mediodía, mientras el hijo daba cuenta del plato, en su casa de Vallín. «Fue todo una tontería, él estaba bien y tenía comida de sobra allí», comentó disgustado.
La suma de días que llevaba aislado, la falta de conexión telefónica y la próxima llegada de un nuevo frente frío fue lo que motivó que el operativo se activara. El aviso lo dio en la tarde del miércoles un primo, describiendo la situación en la que estaba su familiar. El informante detalló que todos los días se ponía en contacto con él por teléfono, confirmándole que tenía comida para alimentarse y estaba bien. El problema es que ese día el teléfono dejó de sonar.
La patrulla del puesto de Entrago se movilizó hasta Bárzana de Quirós para entrevistar a los familiares. Fue en ese momento cuando aseguraron que el chico les había avisado de que se estaba quedando sin comida ni leña, según informa el Instituto Armado. Resueltos a evitar un peligro mayor, y aprovechando la tregua que dio el temporal, a las siete de la mañana de ayer, el Greim salió de su base hacia Cortes (Bárzana) para ser recogidos por el helicóptero de la Guardia Civil.
Una vez divisada la cabaña los especialistas comprendieron la imposibilidad de posarse sobre una nieve cuya espesura se adivinaba y de dudosa compactación. Por ello localizaron a un kilómetro de distancia, ladera arriba, una zona propicia para que dos componentes del Greim se descolgaran y bajasen esquiando. Lo primero que hicieron al llegar a la cabaña fue certificar que el chico se encontraba bien y luego pisaron con los esquís la zona para facilitar el aterrizaje de la aeronave. A las 9.15 horas estaban de vuelta todos a Bárzana de Quirós.
En este tipo de operativos la cautela es la única divisa. Asturias tiene establecidas tasas de 2.027,3 euros por hora de helicóptero medicalizado y de 1.258,3 euros si la aeronave es multifunción, por ejemplo, si bien solo carga este pago a los auxiliados en casos muy contados de extrema negligencia.
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