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El ministro de Transportes, Óscar Puente, tiene confirmado que el jueves que viene Renfe sacará a la venta los billetes de su nueva cartelera para la línea Gijón-Madrid. La operadora ultima la recepción de las primeras unidades del Avril, familia de ... 15 trenes de muy alta velocidad y capacidad encargados en 2017 a Talgo y cuya puesta a punto ha sido más larga de lo que todas las partes calcularon.
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Para definir su nueva programación, Renfe ha tenido que encajar dos variables. De un lado, el hecho de que las entregas de Talgo serán progresivas. Del otro, que Adif activó el lunes pasado una nueva fase en las obras de Chamartín que implican el corte de dos vías de ancho internacional, reduciendo así entre un 30% y un 25% la capacidad de acoger circulaciones de largo recorrido. Esta etapa tiene una duración estimada de tres meses, si bien Adif trabaja para ir recuperando alguna de las cabeceras de vía para dar más margen a las operadoras.
Bajo estas condiciones, la planificación con la que trabaja Renfe es la de hacer mejoras sucesivas en la ruta Gijón-Madrid. En estos momentos su parrila está basada en cuatro frecuencias diarias por sentido con el servicio Alvia. La previsión es que la semana que viene añadirá dos servicios S-106 (el nombre que recibe el tren Avril en la nomenclatura de Renfe) en su versión AVE y dos Alvias diarios y por sentido. Todas serían conexiones Gijón-Madrid.
De esta forma la relación pasaría de estar cubierta con una oferta de 2.392 plazas diarias a disponer de 3.224, un 35% más. Se espera que las dos frecuencias con AVE reduzcan los tiempos de viaje en unos quince minutos más respecto a los servicios Alvia.
El avance de las obras de Chamartín y la llegada del material rodante serán los que determinen el momento en el que Renfe pueda incrementar la oferta, con un AVLO S-106 y otro Alvia que tenga origen y destino en Avilés. Está por ver si Asturias y Madrid pasan así de cuatro frecuencias directamente a seis, o la mejora también es por etapas.
En el peor de los escenarios esa cartelera ampliada se podría activar una vez culminada esta fase de obra de Chamartín, en julio. Con seis frecuencias diarias a Madrid (dos de ellas de AVE, una AVLO y tres de Alvia) la oferta llegaría a las 4.985 plazas, esto es, más del doble de las que encuentra ahora el viajero.
Quedan por despejar los horarios concretos y precios con los que se promocionará la llegada a Asturias del primer tren con el logo de AVE en su librea. También el momento en el que empezarán a circular los nuevos trenes S-106 en servicio comercial. Un repaso a la web de Renfe evidencia hasta qué punto la operadora está necesitada de contar con ellos para ganar capacidad.
Quien ayer quisiera comprar billete para los próximos siete días entre Gijón y Madrid se encontraba con algún tren lleno el viernes, domingo y miércoles, además de precios elevados en la mayoría de las jornadas. En tres de los siete días no quedaban plazas por debajo de los 60 euros. Los billetes más económicos a una semana vista están en los 33,85 euros, para volver de Madrid el sábado o viajar el martes y miércoles. Bajo el sistema que aplica ahora Renfe para graduar sus precios, encontrarse con billetes caros implica que ese tren está logrando un nivel de ocupación alto. Hay que irse al sábado 20 para encontrar un tren con plazas a 23,7 euros.
La ruta está teniendo un crecimiento exponencial, parejo a unas mejoras que llegan por capítulos. En noviembre fue la apertura de la variante, reduciendo en una hora el tiempo de viaje en Alvia. Ahora llega el AVE, aumentando las plazas y arañando otro cuarto de hora. Después será el turno del AVLO, la alta velocidad de bajo coste de Renfe, y la nueva conexión con Avilés.
Entre tanto Adif trabaja para dar otro salto en la variante este año; su vía 2, de ancho ibérico, abrió con una velocidad máxima de 200 kilómetros por hora que subirá a 275; la vía 1, en ancho mixto, está en 180 y pasará a 220.
Sigue el Ministerio de Transportes en su estrategia de renunciar a proyectos que juzga inviables. Primero el propio ministro se desplazó a la ciudad de la que fue alcalde, Valladolid, para justificar su rechazo a soterrar la línea ferroviaria. El informe de Adif en el que se apoyó cifraba en 1.570 millones el coste y entre 17 y 19 años el tiempo de trabajo; además advertía de que limitaría la capacidad de poner más trenes entre Madrid y el noroeste. Luego Puente descartó recuperar el tren directo Madrid-Aranda del Duero aduciendo que costaría de 1.300 a 1.400 millones. A su 'número 2', el secretario de Estado José Antonio Santano le tocó informar a la alcaldesa de Gijón que también se caía el vial de Jove soterrado, decisión que basó en un informe externo que habría detectado debilidades en el proyecto supervisado por los técnicos del ministerio. El martes Santano se desplazó a San Andrés del Rabanedo, municipio del alfoz de León, y reafirmó que no soterraría la línea a Asturias y tampoco desmontaría el puente de Párroco Padre Isla, como se anunció en su momento. Justificó la decisión en que el gálibo actual permite el paso de trenes hacia Asturias. Levantar el puente no bastaría para ganar velocidad dado el trazado y peralte del tramo.
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