La reforestación de montes y el apoyo a los ayuntamientos, prioridad de las ayudas tras los incendios

El presidente del Gobierno regional rehusó entrar en detalles de los casos ya que «deben seguir la vía estrictamente judicial». Ya en los días previos reiteró en varias ocasiones que en buena medida los fuegos se debían a actuaciones intencionadas de varios individuos a los que llegó a tildar de «terroristas». Tampoco la Guardia Civil quiso dar más detalles sobre las denuncias que están siendo cursadas, pues, recordaron, «hasta que no se extingue por completo un fuego no puede comenzar la investigación ocular». Sea como fuere, Adrián Barbón se mostró satisfecho de que ya se esté localizando a los presuntos incendiarios. «El dispositivo de respuesta está teniendo su fruto pese a que las condiciones meteorológicas no ayuden», sostuvo el presidente. Esas condiciones mejorarán, en lo que se refiere a la lucha contra los incendios, durante hoy y las próximas jornadas, con varios días de lluvia consecutivos.

El presidente regional agradeció «la enorme labor» del dispositivo de extinción que compete a los bomberos, los miembros de la UME y de las brigadas forestales (BRIF), la guardería asturiana, Protección Civil, vecinos y ganaderos, a quienes el presidente volvió a dar las gracias por su colaboración.

Anunció, asimismo. que a finales de semana se presentarán tres líneas de ayudas directas en las que están trabajando de forma coordinada las consejerías de Presidencia, Medio Rural y Hacienda. El grueso de los fondos se destinará a cubrir los daños materiales, reforestar los montes y aumentar el apoyo a los ayuntamientos afectados.

Tras la oleada de incendios forestales de los últimos días, el presidente asturiano advirtió que se está evaluando la opción de aumentar los cuerpos dedicados a la extinción de incendios. Por el momento, se han sacado a oposición 21 plazas. Al encuentro de ayer asistieron también el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo; el gerente del Servicio de Emergencias del Principado, Óscar Rodríguez; y la consejera de Presidencia, Rita Camblor.

Mientras se desarrollaba la reunión, un grupo de bomberos interinos permanecía acampado ayer a escasos metros de donde estaba el presidente. Este «campamento de la vergüenza», como lo llaman los trabajadores, lleva un mes instalado frente a la sede del Sepa en La Morgal en señal de protesta contra la falta de medios preventivos. Acerca de este asunto, Barbón matizó que la de los bomberos interinos «es una situación compleja».

«Hay que reconocer dónde hay que mejorar, y un punto a mejorar es la defensa de los pueblos»

A la espera de que se conozca con exactitud la extensión calcinada por el fuego, el Ejecutivo autonómico anunciaba ayer que a finales de semana estarán listas las ayudas para paliar los daños provocados por el fuego. Así, el Principado desplegará una línea de fondos con varios objetivos muy marcados. De un lado, cubrir las pérdidas materiales, de otro, reforestar las hectáreas de monte quemado. El Principado busca también «sacar lecciones de lo sucedido», por ello, cuentan con reforzar el apoyo brindado a los ayuntamientos afectados. «Hay que reconocer dónde hay que mejorar y un punto a mejorar es la defensa de los pueblos», sostuvo ayer Adrián Barbón.

Tras reunirse con los integrantes del Infopa, el presidente visitó el concejo de Illas, donde volvió referir el paquete de medidas que aplicará su Gabinete para asegurar la pronta recuperación de la comunidad. En este sentido, recordó que los presupuestos generales de Asturias para este año recogen un fondo para la prevención de incendios. Este, aseguró, se activará «cuanto antes, casi de manera inmediata» con el fin de que los ayuntamientos puedan invertir en el terreno para prevenir el fuego, por ejemplo, en desbroces, bocas de riego, captaciones de agua, etcétera.

Las de ayer no fueron las únicas medidas previstas por el Principado. El pasado fin de semana el presidente apuntó también dos actuaciones en materia preventiva: la renovación de la antigua guardería forestal y la modificación de la actual Ley de Montes. Lo primero serviría para dotar de mayor autoridad a los agentes del antiguo parque que pasarían a ser considerados «como una policía judicial genérica con labor de vigilancia preventiva». A su vez, la modificación de la Ley de Montes implicaría la duplicación de la distancia de seguridad entre los pueblos y las masas forestales, pasando de los 75 a los 150 metros, tal y como recomiendan los expertos.