Los recambios en Transportes reducen el peso del noroeste y amplían la gestión política

La salida de la secretaria de Estado, Isabel Pardo de Vera, fue un terremoto en la estructura. En su carta de dimisión recordó que «siempre» repetía que se mantendría como secretaria de Estado mientras tuviera la confianza de la ministra y el Gobierno y que no tendría «ningún apego al cargo» si esa relación se quebraba.

Es algo que había manifestado públicamente en un desayuno informativo, al poco de superar una enfermedad que la tuvo apartada largo tiempo de la primera línea. Dijo que dada la situación había puesto el cargo a disposición de la ministra y el presidente Pedro Sánchez, quienes la habrían animado a continuar.

Fuentes ministeriales indican que la carta de despedida desea suerte en los retos venideros a su hasta ahora superior jerárquica, Raquel Sánchez. Entre otros expedientes claves, Pardo de Vera estaba al frente de buena parte de la cartera de obras a financiar con los fondos Next Generation, en la cocina de la nueva ley de movilidad y en los estudios sobre el pago por uso de autovías que han de elaborarse para cumplir con la UE.

La dimitida confió que la ministra sabría sacar adelante esos retos «gracias a la labor de los magníficos profesionales» que ha encontrado en la casa. Según reiteró, «lo importante en la vida es ser congruente con una misma, manteniendo los valores en los que se cree».

La remodelación ejecutada ayer tiene varias lecturas. La salida de Pardo de Vera reduce el peso que tienen en el organigrama los cargos de extracción técnica, para ampliar el espacio de los que llegan con una carrera política detrás. Es el caso de su relevo, el hasta ahora secretario general de Vivienda, David Lucas Parrón. Se trata de uno de los 'pata negra' del PSOE madrileño. Ha sido portavoz del grupo socialista en el ayuntamiento de Getafe, ocupó el mismo rol en el de Madrid para después pasar a ser la voz de los socialistas en el consistorio de Móstoles, municipio del que fue alcalde dos años y medio. Casado y con dos hijos, como la ministra, es licenciado en Derecho, y tendrá como mano derecha a Xavier Flores, el secretario general de Infraestructuras.

En los últimos tiempos Pardo de Vera se había consolidado como referencia para los territorios del noroeste, que veían en ella una figura de contrapeso frente a la presión del Mediterráneo. Ese hueco queda ahora vacío a la espera de que traten de llenarlo el nuevo comisionado para el Corredor Atlántico y el que será designado para los planes de cercanías de Asturias y Cantabria.

La elección de Raül Blanco permite a la ministra de origen catalán que el PSC mantenga su cuota. Los socialistas catalanes eran los que respaldaban a Táboas, y quienes están detrás de Blanco. El nuevo presidente ocupó hasta diciembre pasado la secretaría general de Industria y Pyme, siendo señalado por su negociación en Alcoa y el incumplimiento de las expectativas con los PERTE. Su puesto es el que ahora ocupa Pachi Blanco.