Participantes en el amplio dispositivo de búsqueda de Manuel Vega Granda en San Esteban de Pravia. OMAR ANTUÑA

El rastro del hombre desaparecido en Muros se perdió mientras hablaba por WhatsApp

Decenas de familiares y amigos de Manuel Vega Granda se unen a las fuerzas de seguridad en la búsqueda por tierra, mar y aire

MUROS DE NALÓN. BORJA PINO

Jueves, 31 de diciembre 2020, 01:23

La segunda jornada dedicada a la búsqueda de José Manuel Vega Granda, en paradero desconocido en el concejo de Muros de Nalón desde el pasado martes, arrojó ayer nuevos datos, aún confusos, acerca de las circunstancias de su desaparición. Tal como su familia pudo ... confirmar, el hombre, coloquialmente conocido como 'Manolo' y que ejerce como director comercial de la Autoridad Portuaria de Huelva, interrumpió abruptamente una conversación que mantenía por WhatsApp con sus compañeros de trabajo alrededor de las 11 horas del 29 de diciembre, pocos minutos después de que abandonase el bar El Monterrey de San Esteban de Pravia, último lugar en el que fue visto.

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«A lo mejor se acercó demasiado al agua, despistado con el móvil, y una ola se lo llevó», especulaba Kiko Monterrey, propietario del establecimiento homónimo. Su teoría es una de las varias que barajan las autoridades, aunque no se descarta la posibilidad de que se haya perdido en alguno de los caminos que pueblan la senda costera, que acostumbraba a frecuentar cada vez que retornaba a Asturias, coincidiendo con sus vacaciones.

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Con todas las hipótesis presentes, ayer cerca de cuarenta familiares, amigos y vecinos se unieron a las fuerzas de seguridad para proseguir con las pesquisas, en un masivo dispositivo que, desde las 8.30 horas, peinó calles y carreteras, sendas y campos, entre San Esteban y la playa del Aguilar. La coordinación del despliegue corrió a cargo del puesto de la Guardia Civil de Pravia, dependiente de la Comandancia de Oviedo; sus agentes estuvieron reforzados por efectivos terrestres de Bomberos del Principado, Protección Civil de Mieres y Policía Local de Muros.

También por aire, desde primera hora de la mañana, se acometió la búsqueda. Un helicóptero de la Guardia Civil y otro de Salvamento Marítimo peinaron por turnos la escarpada línea de costa, la ría del Nalón y los espacios interiores, plagados de sendas y caminos de difícil acceso, rodeados de vegetación.

A partir de las 15 horas el mal tiempo remitió parcialmente, lo que posibilitó que cuatro embarcaciones, propiedad de voluntarios particulares, se aventurasen a rastrear las orillas de la ría. Todo ello, no obstante, sin éxito.

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Respuesta masiva

Entre estos últimos se encontraban Pelayo Díez, Damián Fernández, Sergio Suárez y Carlos Prendes, miembros del Club de Piragüismo Los Cuervos de Pravia y socorristas de la playa de El Aguilar, que se lanzaron a la ría a bordo de una lancha semirrígida en cuanto la climatología lo permitió. «Hay que intentarlo, pero va a ser difícil encontrarlo», reconocía Díez. «Si cayó al agua, sea en la ría o en la mar, veo poco probable que haya podido sobrevivir. Hizo demasiado mal tiempo».

No obstante, la familia de Manolo no pierde la esperanza, sólidamente anclada tanto en el profundo conocimiento que tenía de la mar tras años embarcado en navíos mercantes, como en su buena forma física. Su sobrino, el jugador del Sporting, Pedro Díaz, también pidió ayuda para encontrarle. «Tiene 58 años, pero hace mucho deporte, es muy ágil y disciplinado, y, sobre todo, muy, muy fuerte», aseguraba Rocío Díaz, una de las siete hermanas de su mujer, Pepa. «A lo mejor está desmayado entre unos árboles, y no nos escucha, porque hemos gritado su nombre por cada rincón».

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Buena conocedora del área de búsqueda, Rocío Díez se ocupó, en el día de ayer, de coordinar la labor de los voluntarios. Los tres hijos de Manolo, Lolo, Juanín y Chechi, llegaron en la noche del martes al miércoles desde Huelva para sumarse a la batida, al igual que la mayoría de los cuatro hermanos del desaparecido, residentes en el concejo. Durante toda la jornada vecinos y allegados, en grupos o de forma individual, se fueron uniendo a la labor. «Es una persona muy querida, muy conocida aquí. Viene a pasar todas las vacaciones en Muros, porque aquí tiene a muchos familiares, y también veranea a menudo en Candás», recordaba Díaz. Tanto es así, que el matrimonio formado por Manolo y Pepa está rematando una casa en la localidad de Reborio. Mientras el tiempo corre, la familia prosigue la búsqueda, y ruega toda la ayuda posible, llamando al 092 en caso de disponer de alguna información útil.

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