Un deportista nato, de trato jovial y comprometido con su trabajo

Un periplo náutico dilatado, hasta que, en 1996, recaló en el Puerto de Huelva, donde se desempeñó como especialista en operaciones portuarias, desarrollo comercial y, desde 2016, director comercial.

Su homóloga en la Autoridad Portuaria de Avilés, Elvira Fernández Alonso, no escatima elogios al referirse a él. «Es un hombre activo y comprometido, pero, sobre todo, es un buen compañero. Uno de esos profesionales capaces de amenizar cualquier sesión de trabajo, y que siempre está ahí».

Su carácter dinámico queda probado a la vista de su afición por el deporte. Amante tanto de caminar como de correr, hasta su desaparición no perdía la oportunidad de disfrutar de cualquiera de ambas actividades. Su familia insiste en que «es un hombre con mucho aguante, determinación y buena actitud».

Es precisamente esta última cualidad la que más destacan quienes le conocen en el concejo de Muros de Nalón, concejo en el que residen buena parte tanto de sus familiares como de los de su mujer, Pepa Díaz, y que visita varias veces al año.

«Es un tipo de bandera, ejemplar, serio y jovial», afirma Kiko Monterrey, propietario del bar El Monterrey de San Esteban de Pravia. Conocido de Manolo desde su niñez, «viene a menudo, y siempre pregunta qué tal estamos, nos da ánimos...». «El martes, después de desayunar aquí unas tostadas, me dijo que nos veríamos al día siguiente, a la misma hora. Pero no ha podido ser», añadió.