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Uno de los problemas para que el Ave que llega a Gijón, Oviedo y Avilés sea un potenciador no solo para el centro de la región, sino también para las alas, es que la conectividad de éstas es, en el mejor de los casos, ... limitada. Por eso, el consejero de Fomento anunció la semana pasada que el Principado va a poner en marcha servicios de autobuses lanzadera para conectar «todos los concejos» con las estaciones de Gijón y Oviedo para el primer servicio del Ave de la mañana, el que sale de Gijón a las 6 y 23 minutos.
Calvo, que este sábado recorrió la rampa ferroviaria de Pajares a bordo del tren turístico que este fin de semana estrena Alsa, avanzó que «vamos a hacer una reestructuración en las lanzaderas para dar servicio al Ave no solo en el tren de primera hora, sino también para el de las nueve de la mañana, y atendiendo a nuevas realidades, como el Alvia de Avilés para el Noroccidente».
«En los próximos días tendréis más información de refuerzos, porque si hay demanda estaremos dando una respuesta a una necesidad, y también vamos a estar ayudando a generar más demanda», aseguró el consejero.
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Por otro lado, Calvo hizo referencia a la entrevista en exclusiva con el secretario de Estado de Transporte, José Antonio Santano que este sábado publicó EL COMERCIO, en la que éste explica que la Administración central está defendiendo la legalidad del proceso que en su día, un Gobierno del PP, llevó a ampliar la concesión de la autopista del Huerna y el peaje hasta 2050. Calvo puntualizó que por una parte está el ámbito administrativo, en el que los Gobiernos «tenemos que seguir en la defensa de las actuaciones administrativas que ha habido en el pasado», pero que hay que afrontar «cuestiones más políticas. El secretario de Estado, muy elegantemente, dice que él no hubiese hecho la prórroga, de la que hay una responsabilidad clara, pero que es importante mirar a futuro, que se comprometan las bonificaciones que tienen que ponerse en marcha cuanto antes. En el rescate, vamos a seguir trabajando. Vamos a evaluar qué trabajo podemos hacer, aunque el procedimiento es confidencial, pero hay elementos que ponen muy en tela de juicio el trámite administrativo que se siguió» .
Respecto al documento aprobado por la Junta General y ratificado por los agentes sociales que forman la Alianza por las Infraestructuras, Calvo anotó que «llevamos una semana intensa, hemos formalizado por unanimidad un documento de prioridades que nos permite trabajar con el ministerio con una base sólida y objetiva. Hay un repaso a todo eso, con cuestiones en las que la sintonía es absoluta y otras en las que todavía tenemos que seguir peleando».
Con todo, Calvo quiso romper una lanza por el ministerio y precisó que «el trabajo con el secretario de Estado es muy serio, muy riguroso y muy realista en cuanto a generar certidumbres sobre lo que podemos hacer en una legislatura. Además, podemos planificar un futuro realista y sostenible. En la entrevista de EL COMERCIO hay puntos en los que tenemos mucha sintonía y otros en los que tenemos que seguir trabajando».
Se habló mucho de futuro este sábado, en un viaje que volvía a pasado. «Cierro los ojos y vuelvo a tener seis años», decía María González, una de las viajeras del tren histórico Rampa de Pajares, operado por Alsa y con una composición especial de siete coches: tres (el de autoridades, el postal y el restaurante) llegados desde Zaragoza, de la mano de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías, y los otros cuatro de Alsa, que forman la base del Felipe II, que realiza un recorrido turístico entre Madrid y San Lorenzo del Escorial. Entre todos, muchos años de historia: el más antiguo, el restaurante, de 1926 y de la misma compañía que el Orient Express. Había que ir a cenar de etiqueta y lo que parece un portamaletas es, en realidad, el lugar donde se dejar pamelas y sombreros.
El coche de autoridades, que es de 1956, está montado sobre un bastidor con más de cien años. En ese vagón, dotado de habitaciones (sofá durante el día, cama por la noche), baño y cocina propios, se llegaron a celebrar Consejos de Ministros presididos por Franco. La madera, la moqueta, los radiadores, dejan claro que aquel espacio no era para todos. Después estaban los vagones de primera y de segunda y aquellos asientos verdes en compartimentos compartidos que invitaban a compartir charla y merienda. Y el coche estafeta, último en servicio, desde donde poder enviar, aún, una postal.
La ilusión de Alsa y del Principado es que la iniciativa, por el momento única, puede extenderse en el tiempo. Además, para la compañía es un «primer paso», una forma de hacer «los primeros kilótmetros, en este caso turísticos», en su objetivo por convertirse en operador ferroviario de viajeros. Así lo expresaron el presidente de Alsa, Jacobo Cosmen, y el consejero de Fomento, Alejandro Calvo. Junto a ellos llegaron también el viceconsejero de Infraestructuras y Movilidad, Jorge García; el gerente de Alsa Rail, Antonio Ginés, y el director de zona Norte de Alsa, Luis Panizo. 460 personas disfrutaránde la experiencia (hoy a las 9 sale el último viaje de Gijón), pasando por Puente Los Fierros, Malvedo, Linares-Congostinas, Navidiello, Pajares y llegando a Busdongo, sobre coches que mantienen la esencia de aquellos trenes en los que trabajó el padre ferroviario de María González, que viajaba con la familia en lo que fue un homenaje a quien, como admitía uno de sus nietos, les metió el ferrocarril «en el alma».
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