Los pisos turísticos en la costa de Asturias, hasta 800 euros por semana

Con la inflación interanual cerca de los dos dígitos y los costes energéticos y de los combustibles más caros que nunca, los propietarios de alojamientos turísticos buscan las fórmulas más convenientes para evitar una pérdida de su rentabilidad. Los costes suben para todos, también para los propietarios.

La opción más lógica, a priori, es la de subir los precios, pero también conlleva el riesgo de que la clientela, con la capacidad económica cada vez más mermada, opte por opciones más asequibles. Sin embargo, las previsiones turísticas, que apuntan a un lleno en Asturias para este verano, han sido determinantes para que los precios de las viviendas destinadas al alquiler turístico se hayan disparado: hay una subida general, en solo un año, de hasta el 7% que afecta tanto al alquiler de pisos turísticos, apartamentos, casas rurales e incluso algunos hoteles. Eso sí, en las zonas con la clientela más garantizada, el aumento podría llegar hasta el 10%. Precisamente, este es el porcentaje de aumento de los precios del alquiler que se da, de media, en las zonas más turísticas de España. «Al final, el precio lo determina el mercado. Cuanto mayor sea la demanda, los precios tenderán más a subir. No hay ninguna ley que lo regule y el mercado opera con libertad. Nadie fija unos precios desorbitados o que la gente no esté dispuesta a pagar, porque los propietarios también necesitan el dinero», afirma Manuel Herminio García, presidente de la Asociación de Viviendas para Uso Turístico del Principado.

Siguiendo esta misma lógica, Ribadesella y Llanes son los sitios en los que el alquiler de un apartamento sale más caro verano a verano. Y este no es una excepción. En el caso de buscar uno de cincuenta metros cuadrados para un periodo de una semana, resulta fácil tener que pagar más de 800 euros. Especialmente, si se busca disponer de la vivienda para algún momento del mes de agosto. «En junio y en septiembre se intenta atraer al turista y persuadirlo con un buen precio que le haga viajar. En agosto, conscientes de que la vivienda se llenará, los precios son más elevados, por lo que resulta complejo buscar una subida homogénea durante el periodo estival», afirma Herminio. Por el contrario, un inmueble de un tamaño similar en Tapia de Casariego junto a la playa de Murallón o en Puerto de Vega (Navia) puede no superar los 550 euros por semana en temporada alta.

Puede sorprender que en Gijón el precio tampoco es mucho más alto. Los apartamentos con vistas a San Lorenzo y con un tamaño similar al descrito anteriormente apenas superan los 600 euros por semana. De hecho, si se observan los precios del año anterior, apenas se encuentran diferencias. Es, posiblemente, la localidad asturiana en el que los propietario han hecho el mayor esfuerzo para no repercutir la subida del precio de la vida en el cliente.

Resulta especialmente caro el concejo de Castrillón. Si solo se atiende a la localidad de Salinas, la más turística, el precio medio se encuentra en torno a los 750 euros. Además, muchos propietarios alquilan las viviendas de septiembre a junio a un precio reducido de forma pactada con clientes que saben que en verano tendrán que dejar el piso o pagarlo a precio de turista, porque en el periodo estival este aumenta el coste más de un 50%. En Villaviciosa, los precios también son elevados. Este año, los alojamientos turísticos se encuentran en torno a los 735 euros. Sin embargo, hace solo un verano, no resultaba sorprendente conseguir una vivienda por debajo de los 700.

El resto de alojamientos costeros no superan esa cifra ni tan siquiera durante el mes de agosto. En Coaña la demanda no es significativa y la escasa oferta no ha supuesto un aumento considerable de los precios. Al igual que Colunga, pese al tirón de Lastres, y el ya citado Tapia de Casariego, es la zona de la región donde más asequible resulta dormir en agosto. Solo Castropol, Muros de Nalón y Carreño se mantienen por debajo de los 600 euros.

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