Una «pequeña muestra» de un gran trabajo diario

Son capaces de rescatar a personas que han quedado atrapadas por culpa de un terremoto en un edificio o en un vehículo y sus misiones ya se han extendido por Haití, Marruecos o Turquía. Esta es la historia del cabo del V Batallón de la Unidad Militar de Emergencias Emilio González García, un soldado de los más de 150 que han sentado su base hasta el domingo en el paseo del Bombé del ovetense Campo de San Francisco con motivo de la exposición estática de materiales por el Día de las Fuerzas Armadas y donde están presentes los tres ejércitos –Armada, Tierra y Aire– además de la UME y la Guardia Civil.

Cada unidad tiene su hueco reservado en el histórico salón y, ayer, esta exhibición fue inaugurada por la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, junto al alcalde, Alfredo Canteli, y el jefe de la Brigada 'Galicia' VII, el general de brigada Alfonso Pardo de Santayana, quien resaltó que esta es una «pequeña muestra» para que los ovetenses se «hagan a la idea de a qué nos dedicamos, qué hacemos y qué materiales usamos».

Cumpliendo con este mandamiento, el cabo González García detalló a los centenares de asistentes que sacan ventajas de situaciones muy complicadas. Por ejemplo, si un edificio se ha quedado partido en dos, «buscamos los huecos de vida para intentar localizar a los supervivientes», que igual llevan una semana sin ingerir una gota de agua y no se han podido mover ni un milímetro por culpa de los escombros que le han caído encima.

Una heroica profesión a la que se suma la actividad que realiza la legión en misiones internacionales. El sargento primero Juan Manuel Fernández Lopera se puso ayer al frente del estand donde los protagonistas son los UAV: «Se trata de unos sistemas aéreos nos tripulados –como drones– que se destinan para servicios de inteligencia». Su autonomía llega a los cincuenta kilómetros; mientras su operador tripula la nave a través de una pantalla.

En suelo firme y bajo el mar desarrolla su trabajo el brigada José Luis Pérez Castro, que forma parte de la Unidad de Buceadores contra Minas. Se trata de una especialización que es la única capaz de desactivar explosivos en ambos escenarios, augua y tierra, aunque el procedimiento es distinto: «En mitad de la mar es más complicado porque los materiales se oxidan» y en suelo firme pueden ser ayudados de un robot. También bajo el agua trabaja el sargento jefe del GEAS de Asturias, Daniel Álvarez; mientras que la guardia civil Icíar Álvarez enseña cómo se consiguen las pruebas para «identificar al autor» de un crimen o un hecho delictivo importante siendo una de sus últimas actuaciones el parricidio de Ribera de Arriba. «El laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil actúa desde el momento en el que hay un fallecido hasta hacer el informe correspondiente».

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