OLAYA SUÁREZ / LUCÍA RAMOS
Jueves, 28 de febrero 2019, 03:54
Pedro Nieva intentó hacerse con una pulsera de localización permanente. Los investigadores barajan la posibilidad de que el sistema de control telemático pudiera estar destinado a su mujer, Katia. El presunto inductor del crimen de Javier Ardines pretendía de esta forma tener ... un registro continuo del lugar en el que se encontraba su esposa después de descubrir la relación extramatrimonial que mantenía con el marido de su prima.
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Los agentes de la Guardia Civil localizaron en los dispositivos móviles requisados al detenido reiteradas búsquedas en internet orientadas a conseguir una pulsera localizadora. Pedro Nieva quería mantener una vigilancia exhaustiva y continua de su mujer. El carácter controlador y posesivo se vio agudizado hasta un extremo después de que descubriese, a través de una grabación de teléfono en una comida, que su esposa le era infiel. Lo que desconocía, como adelantó EL COMERCIO, es que esa relación se prolongaba desde hacía 30 años. Se enteró por la jueza de Llanes cuando fue puesto a disposición judicial y en un intento de descolocarlo y que acabase por confesar. «¿No es cierto que encargó el asesinato de Javier Ardines después de conocer que mantenía una relación con su mujer desde que ella tenía 17 años?», le preguntó la jueza. Pedro Nieva creía que el vínculo extramarital era reciente. Nada más lejos de la realidad.
Las investigaciones llevadas a cabo por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) y de la Policía Judicial de la Comandancia de Gijón apuntan a que Pedro Nieva se dedicaba en los últimos años a instalar avanzados sistemas eléctricos en invernaderos de cannabis para grupos de narcotraficantes. Su formación como electricista y sus conocimientos técnicos permitían dotar de la estructura a las plantaciones de cannabis, para dotarlas de luz y el calor necesario para su crecimiento. En diciembre fue detenido también por la Guardia Civil en el marco de una investigación paralela en Burgos sobre una banda criminal dedicada al tráfico de drogas.
Esa dedicación a los negocios ilícitos le permitía llevar un alto tren de vida poco compatible con la empresa que regentaba en Amorebieta, que en la actualidad prácticamente carecía de actividad. Tiene un chalé adosado en Vizcaya, la casa adquirida en Belmonte de Pría en 2016 y rehabilitada por completo y coches y motos de alta gama, a lo que se sumaban los gastos en ropa de marca, los viajes con su esposa y sus dos hijos y las continuas salidas los fines de semana.
El siguiente paso en el procedimiento judicial será la extradición del argelino que fue detenido en Suiza y que cumple allí una condena de tres meses de prisión por un delito de robo con fuerza. Se espera que sea enviado a España a finales de marzo o principios de abril.
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