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G. POMARADA / L. RAMOS
CIRIEÑO (AMIEVA).
Jueves, 14 de noviembre 2019, 00:12
Debajo de «toneladas» de tierra, rocas y árboles han quedado sepultados los recuerdos de dos décadas. A Perfecta María González, una vecina de Amieva de 72 años, solo le queda, literalmente, lo puesto, la ropa con la que el martes ya de tarde ... emprendió el camino desde Cirieño hacia casa de su hermana, en Parcia, para pasar la noche. Esa decisión le salvó la vida, pues en plena madrugada un argayu de grandes dimensiones que se desprendió por debajo de la ladera del cementerio arrastró a su paso desde árboles a postes de la luz, hasta que la casa edificada en 1999 frenó su descenso. Del inmueble, integrado por vivienda y cuadra, solo se mantiene en pie la caseta de la leña, rodeada de escombros entre los cuales se distinguen restos de lo que fueron paredes, muebles y electrodomésticos.
«Me salvé porque me murió el perro y desde entonces no dormía en casa, si no ahí quedo», explicaba ayer González mientras contemplaba las ruinas entre lágrimas. Tras el fallecimiento hace dos meses de 'Deko', su can de quince años, la mujer había optado por desplazarse cada noche a casa de su hermana, si bien el resto del día lo pasaba en su casa de La Ñagral, como se conoce a esa zona situada a unos cien metros de Cirieño. De lo que pudo haber sido una desgracia se ha salvado también su otro perro, que consiguió arrancar la cadena de la caseta y llegar al pueblo, visiblemente asustado.
Desde hace algún tiempo, explica la afectada, «se veía la tierra como abombada» en la ladera por encima de la casa. Se da además la circunstancia de que en ese tramo existió antaño una fuente, apuntaban ayer los vecinos. Ya hace más de dos décadas se produjo otro desprendimiento en la zona, a unos metros del de ayer. «Pero aquello fue poca cosa, nada que ver con esto», compararon los habitantes. Algunos como Luis Manuel Fernández y Braulio Martínez temen además que la tierra continúe cediendo. «Si sigue lloviendo va a bajar más», advirtieron.
Martínez fue uno de los primeros en toparse con el argayu, del que dieron la voz de alarma dos vecinas de la zona que tienen ganado en unas fincas cercanas a la casa de Perfecta. También el acceso a esas cuadras está cortado, pues el desprendimiento cubre por completo una pista que conduce asimismo a El Camperón y a Eno. No obstante, a esos núcleos se puede llegar por más viales.
Hasta el lugar del incidente se desplazaron efectivos de la Guardia Civil, así como personal de Elecnor para cortar la línea eléctrica que pasa por el punto donde tuvo lugar el argayu. «Estamos esperando a que amaine la lluvia, pues ahora mismo no parece seguro ponerse a retirar todo el material», indicó el alcalde de Amieva, Félix Fernández, quien augura que los trabajos serán costosos debido a la gran cantidad de material desprendido, así como al estado en el que ha quedado la vivienda.
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