Luis Venta Cueli (Villaviciosa, 1964), exsecretario general del PP, fue suspendido de todos sus cargos dentro del PP en 2019 tras ser acusado de un delito de amenazas al presidente del PP de Gijón y diputado regional, Pablo González, del que resultó absuelto. El PP ... no le restituyó como secretario general, por lo que Venta denunció al partido al sentir que se habían vulnerado sus derechos. El equipo de Pablo Casado respondió con su expulsión y Venta dijo sentirse víctima de una vendetta política. Hace seis meses recuperó su afiliación y ahora vuelve a formar parte de la ejecutiva del partido como vicesecretario de Medio Rural. Celebra que el equipo de Alberto Núñez Feijóo «haya restablecido el sentido común» en el PP, al tiempo que apela ahora a «trabajar unidos sin mirar hacia atrás continuamente, porque así no avanzaremos».
-¿Qué ha cambiado en el PP, partido al que llegó a denunciar, para que haya vuelto al ruedo?
-Los partidos los conformamos las personas. Antes había unas personas en la dirección nacional y ahora hay otro tipo de personas que han visto claramente que lo que se había producido no era muy justo. Tengo que agradecer la disposición de la actual dirección, concretamente la del vicesecretario general de Organización, Miguel Tellado, y celebro que haya restablecido el sentido común y la normalidad en el PP.
-Se comparó en su momento con Juan Guaidó y dijo ser el presidente legítimo del PP, que en aquel momento se había quedado descabezado tras la dimisión de Mercedes Fernández.
-Mi intención en aquel momento no era ejercer de presidente, simplemente quería que se hiciera justicia conmigo. Fueron unas declaraciones (realizadas en EL COMERCIO) bastante gráficas de lo que estaba pasando.
-Con su incorporación y la de otros exdirigentes, el PP de Asturias presume de iniciar una nueva etapa de integración. Sin embargo, el sector malladista se siente incómodo con Álvaro Queipo al frente. ¿Debería celebrarse un congreso?
-El congreso se celebrará, como es lógico, pero creo que ahora mismo hay que centrarse en cuestiones externas, y no internas. Es el momento de centrarnos en los ciudadanos y en los problemas de los asturianos. Y, tras la dimisión de la presidenta, el secretario general es quien tiene que asumir estas funciones. Es lo lógico y lo normal. Puede haber diferencias entre unos y otros, pero hablar de sectores, en la época en la que estamos, es un error y no beneficia ni al partido ni a los asturianos que buscan una opción de cambio en la región.
-El PP ha presentado a Diego Canga como alternativa de cambio, pero la oposición critica que lleva décadas viviendo fuera de Asturias. ¿Es ese un lastre?
-Ojalá todos los partidos tuvieran un candidato de la misma categoría profesional y del mismo rigor y bagaje que Canga. Es el mejor candidato y seguramente sin un candidato como él yo no hubiera dado este paso para volver a la política. Creo que es una garantía de éxito y lo va a demostrar, como ya lo viene demostrando por su labor en la UE. No hay más que comparar cómo Diego Canga desde la UE promociona la carne asturiana en toda Europa, mientras el Gobierno de Pedro Sánchez la veta.
-Usted que es un hombre de partido, ¿le molesta que sea independiente?
-Cómo va a molestarme. Los partidos se nutren de ideas, de convicciones y de valores. Si Canga tiene ideas, convicciones y valores que coinciden con las del PP. ¿Cuál es la diferencia?¿Que no es afiliado? Que esté o no en el censo es lo de menos y lo que menos le interesa a la gente.
-¿No hay cantera?
-Estoy seguro de que hay cantera y que con este candidato va a crecer aún más.
-Su candidatura implica bicefalia y la experiencia en el PP de Asturias no es buena...
-Álvaro Queipo y Diego Canga no están pensando en si hay bicefalia o no. Están pensando como una sola cabeza en tratar de buscar el mejor resultado posible y en cambiar el gobierno en 2023.
-¿Será incómodo para usted trabajar codo con codo en la ejecutiva con Pablo González, quien en su momento le denunció por amenazas, lo que derivó en su expulsión del partido?
-Voy a trabajar con muchas personas en este órgano y seguramente habrá personas con las que tenga más o menos afinidad, está claro.
-Usted formaba parte de la dirección autonómica que destituyó a Pili Fernández Pardo, quien ahora también forma parte de la nueva ejecutiva. ¿Será más fácil recomponer la relación con ella?
-Si apelo a la unidad ante la bicefalia y a la unidad ante los diferentes sectores, no voy a ser yo quien ponga piedras en el camino de la unidad. Con Pili Pardo no tengo relación alguna. A partir de ahí, tenemos que trabajar todos por un objetivo común sin mirarnos a nuestro ombligo. No podemos mirar hacia atrás continuamente porque así nunca avanzaremos. Esa es la mentalidad con la que me integro en el comité ejecutivo del PP.
-¿Le gustaría volver a la Junta?
-Me comprometí con el partido a colaborar y ayudar y estaré donde crean que puedo hacer un mejor papel. Pero no tengo una ambición de volver al Parlamento, ni tampoco voy a decir que no volveré. No me lo he planteado ni me lo han planteado.
-El PP se ha propuesto la reunificación del centroderecha y parece que fichará a algún dirigente de Ciudadanos. ¿Se busca captar capital humano o más bien debilitar al contrario?
-Ciudadanos ya está suficientemente debilitado como para hacer esfuerzos en ese sentido.
-¿Qué le parece el fichaje de Nacho Cuesta?
-No lo conozco.
-Y la irrupción de Suma Principado. ¿Debe contarse con ellos?
-No me corresponde. El PP lo que tiene que hacer es acaparar el mayor número de votos, pero hoy por hoy Suma Principado está por un lado, y el PP por otro.
-Carmen Moriyón acaba de dar el paso como candidata en Gijón. ¿Teme que pueda hacer daño al PP?
-Evidentemente, si estamos en el mismo espacio ideológico, competimos. Pero el PP puede presentar un candidato que le haga daño a Carmen Moriyón, a Floro o a quien se presente por cualquier otro partido.
-¿Podría ser Pablo González?
-Es un nombre.
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