Mieres brinda un emotivo y multitudinario adiós a Aníbal Vázquez: «Le recordaremos en cada calle»

La tristeza en la que Mieres se sumía en la mañana del domingo al conocerse la muerte de su alcalde, Aníbal Vázquez, se tornaba esta mañana en orgullo durante su despedida. Incontables han sido las personas que han pasado por el salón de plenos del Ayuntamiento de Mieres a despedirse del alcalde, y todos sin excepción han elogiado su forma de hacer política, pero sobre todo su persona. Los mierenses son hoy un poco más conscientes del gran alcalde que han perdido, así como IU ha descubierto que se ha ido su gran referente en municipalismo y en humanidad.

A las doce de la mañana el reloj de su ayuntamiento tocaba como cada día, pero la plaza no era la misma. Hacía horas que estaba llena de mierenses, aguardando para despedir a su alcalde. En el salón de plenos sus amigos de la infancia, aquellos con los que corría de niño cogían el féretro para trasladarlo a la plaza. Allí lo recibían con un sonoro aplauso de casi dos minutos, tras el mismo como a él le gustaba sonaba el turullu, un sonido minero, su sonido.

Rodeado de los suyos y con el silencio del dolor su amigo Juan Ramón Lucas se recordaba «con esa sensación de orfandad que tiene Mieres».

La coordinadora de IU en Mieres Beatriz Gonzalez glosó su figura más pública desde su lucha sindical por la seguridad minera, pasando por su actividad asociativa y cultural, hasta llegar al ayuntamiento, «ahora recibimos el golpe más duro, nos deja huérfanos. Despedirlo se hace imposible». «Aquí en Mieres no te olvidaremos porque te lo has ganado a pulso, compañero. Gracias, Aníbal». Con estas emotivas palabras interrumpidas por aplausos dieron paso al vicealcalde mierense, Manuel Álvarez, que, roto de dolor, agradeció a todos el cariño que le profesaron estos días y durante sus doce años de mandato porque «tu despacho era la calle, y tú combustible tus vecinos». «Supiste convencer y no vencer, sumar y no restar, me trato como un padre y le quise como un hijo, me aprendió a no dar una batalla por perdida y llevar la coherencia como modo de vida».

Y llegó la hora de hablar de otro amigo, que ahora es presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, y le recordó en su etapa municipal hasta que los sentimientos le pudieron y llegó la hora de pedir algo a los mierenses a Asturias que «recodemos a Aníbal en cada calle, con cada anécdota, que le mantengamos vivo»

Y las gaitas asturianas comenzaron a sonar y sus compañeros de corporación enfocaron con Anibal a hombros su último paseo por el centro de la plaza del Ayuntamiento hasta el coche fúnebre. El último adiós al gran alcalde fue en la intimidad de una familia que como él lo dieron todo por Mieres hasta su propia intimidad.

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