Adrián Barbón no sólo está dispuesto a «revisar los protocolos» de los centros tutelados después de hacerse pública la existencia de una presunta trama de explotación sexual, con doce personas detenidas acusadas de prostituir a cinco menores que se encontraban bajo tutela del Principado, sino ... que prometió esta mañana «reforzar» el personal y el presupuesto destinado a estos equipamientos. El presidente del Principado lo hizo en sede parlamentaria y a instancia del diputado de Foro, Adrián Pumares, quien pidió al Ejecutivo regional «total transparencia» en este asunto, quejándose de que «un día se diga que todo funciona perfectamente bien y al día siguiente se plantee introducir cambios en el modelo».
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A la espera de escuchar la comparecencia en sede parlamentaria para aclarar los hechos de la consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Marta del Arco, el diputado de Foro reclamó este miércoles al Gobierno regional que se asuman las responsabilidades sobre lo ocurrido y se adopten las medidas necesarias para reducir los riesgos. Pidió, concretamente, revisar los protocolos, más personal y más presupuesto, entre otras cuestiones, y el jefe del Ejecutivo recogió el guante. Por ahora, anotó, el Principado está en un «proceso de escucha activa» con los trabajadores y las direcciones de los centros, la Fiscalía de Menores y las diferentes asociaciones relacionadas con la protección del menor.
Previamente, el presidente asturiano salió en defensa de la consejera, a quien tanto PP como Vox han pedido su dimisión por su forma de afrontar los hechos. «La consejera no ha mirado para otro lado», aseguró el líder socialista, quien quiso aclarar que en ningún caso la trama está relacionada con el centro, recordar que la denuncia se interpuso desde la propia consejería y subrayar que los equipamientos donde residen estas menores no son cárceles y por lo tanto «no siempre están acompañadas».
Además, insistió en que los hechos no coincidieron con las fugas reiteradas de menores de estos centros que denuncian algunas familias. Barbón reconoció, eso sí, la frase «poco afortunada» de la consejera, que durante la primera intervención ante los medios de comunicación tras saltar a la luz lo ocurrido afirmó que eran «cosas de la vida». Igual que ya hizo ella en varias ocasiones, el presidente explicó que la expresión se refería a que, «por desgracia, miserables y repulsivos» los hay en todos los sitios, recordando que este tipo de agresiones sexuales también se dan en el seno familiar, en las empresas, en los colegios y en las instituciones religiosas.
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