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A. FUENTE
SAMA DE LANGREO.
Lunes, 17 de enero 2022, 01:20
María del Mar Donate, la motorista de 50 años fallecida el pasado sábado en el concejo de Tineo, cuando realizaba una ruta con un grupo de amigos, era una persona muy conocida y querida en Langreo. «Tuvo una cafetería en La Felguera, el Doba, y ... allí es donde formó un pequeño grupo de aficionados a las motos», explicaba ayer uno de sus amigos. Su entorno más cercano continúa consternado por la fatalidad del accidente. «Fue algo realmente inesperado. Mar era una buena motociclista, muy prudente en la carretera, pero tuvo que ser precisamente ella quien se quedó en la curva», lamentan.
Sus amigos explican que la moto era su pasión, como también lo es para su marido, Carlos Javier Alonso, ya que salían casi siempre juntos de ruta. «Desde muy joven siempre fue muy aficionada a las dos ruedas. Dejó por un tiempo aparcada la moto, sobre todo, por los hijos -tenía dos- y hará poco más de un año que regresó a la carretera».
Aseguran que nunca corría y que tenía una moto que tampoco era especialmente potente, de 650 centímetros cúbicos, para ellos «casi una bicicleta», opinan. Explican que era una persona que siempre estaba «dispuesta a todo y para todos» aunque lo hacía de forma silenciosa. «Colaboraba en una asociación contra el cáncer, pero a ella tampoco le gustaba alardear de lo que hacía», relatan.
María del Mar trabaja como cocinera en el colegio público José Bernardo, de Langreo. Por eso, también la comunidad educativa del concejo se encontraba ayer en estado de shock por su repentino fallecimiento. «Para nosotros no solo era una trabajadora de la escuela, era una persona que estaba siempre involucrada en la vida del centro. Formaba parte del consejo escolar -sus hijos habían estudiado allí- y del equipo covid; siempre estaba ahí trabajando de forma voluntaria», explicaba ayer la directora del centro, Silvia Casiano.
Donate trabajaba en el comedor junto con su hermana, Belén, y antes lo había hecho su madre. «Ella ya estaba aquí cuando yo entré en el centro, hace trece años», apuntaba la directora. «Comenzó de monitora en el servicio y luego ya pasó a los fogones», anota. En el colegio también sabían que la moto era su pasión. «Siempre nos estaba comentando que se iba de ruta con su marido y su grupo de amigos moteros a un sitio y a otro», rememora. «Ha sido un palo tremendo porque era una persona muy cercana», añade Casiano.
Está previsto que los alumnos del centro rindan hoy -a las 13 horas- un homenaje a quien fuera su cocinera: saldrán al patio ataviados con gorros de chef con crespones negros en señal de luto.
La familia motera también se despedirá hoy de Mar Donate. Tienen previsto acompañar al coche fúnebre durante el recorrido entre el tanatorio de Sama hasta el de Sotrondio, donde será incinerado el cuerpo. La salida está prevista a partir de las cinco y media de la tarde.
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