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ROSANA SUÁREZ
SALAS. «
Domingo, 2 de mayo 2021, 01:24
Buscar soluciones técnicas, en condiciones de seguridad, que aligeren los plazos». Ese es el objetivo que se ha marcado el Principado para negociar con el Ministerio de Transportes una solución más rápida a la que los técnicos proponen para abrir una vía alternativa a la N-634, cortada desde hace más de una semana entre Villazón y Casazorrina al venirse abajo una ladera que también ha afectado a las obras de la autovía del suroccidente.
El vicepresidente del Gobierno regional, Juan Cofiño, aseguró ayer que los técnicos están trabajando para dar soluciones que «conecten» la seguridad de los trabajos con la rapidez de los mismos. «Entendemos la preocupación de los vecinos y empresarios de la zona, si bien los trabajos para buscar un paso alternativo han de hacerse de manera segura», afirmó durante una visita a Ribadesella, donde aseveró que van a «intentar por todos los medios» acelerar los plazos previstos.
Cabe recordar que los técnicos de la Demarcación de Carreteras planteron el pasado miércoles abrir una vía alternativa en la zona de la N-634 afectada, pero que no entraría en funcionamiento hasta el fin del verano: al menos cinco meses. O lo que es lo mismo, los vecinos de las localidades afectadas por el corte y usuarios de esta carretera deberán dar un rodeo que, en algunos casos, retrasa hasta en una hora, los trayectos. También Carreteras se marca 14 meses de plazo para retirar el argayo al completo y asegurar la ladera, lo que implicará otro año más de retraso para las obras de una autovía que ya hace una década debería estar concluida.
Cofiñó recordó que se trata de un argayo «de proporciones muy importantes con una inestabilidad muy grande de las laderas». Unas dimensiones, las del talud, que a juicio de los geólogos no es «tan grande como parece». «Los flujos deslizan el material por la ladera y por eso parece mucho más grande de lo que es», afirma el geólogo de la Universidad de Oviedo, Carlos López, que considera que no es «complicado técnicamente» estabilizarlo y «en dos meses podría estar reparado con la maquinaria que existe hoy en día». «Complicados son los de la variante de Pajares», apostilla.
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ROSANA SUÁREZ / R. MUÑIZ
En el suroccidente, según los expertos, predominan los desprendimientos de rocas, pero el de Salas no es de ese tipo. Se trata de un flujo de material a lo largo de la ladera, que López lo compara con el que se produjo en el campo de La Garita de Cadavedo (Valdés) en diciembre del pasado año y con el de Porciles (Salas), que también cortó la autovía hace cinco años. «Los argayos son procesos geológicos de sobra conocidos y se conoce bien cómo se producen y dónde. Preveerlos en el tiempo es difícil, pero saber si se van o no a producir, sí es posible», añade.
Un argayo el de Salas que antes de producirse «avisó de alguna manera». No ha cogido por sorpresa a los geólogos. Incluso la Universidad de Oviedo ha llevado a sus alumnos de Geología a la rotonda de Casazorrina para mostrarles las características de la ladera, la cual afirman que era «inestable» y en la que decidieron hacer unos taludes «muy arriesgados» y «verticales».
Tal y como lo avanzaron hace unos días Delegación del Gobierno y Demarcación de Carreteras será necesario recabar datos sobre la situación del terreno para proceder a la retirada del argayo estabilizando la ladera de arriba hacia abajo y habilitar una calzada a modo de desvío para sortear el tramo de la N-634 afectado por el deslizamiento.
«Todos los argayos se estabilizan de arriba hacia abajo, es muy normal hacerlo así», sostiene López, que añade que «se amparan en la necesidad de nuevos estudios, cuando para la construcción de una autovía tiene que haber infinidad de estudios, no parten de cero. Se necesita un diagnóstico para reparar el argayo, pero no pueden decir que se tarda más de un año. Eso no se lo cree nadie».
Los plazos no convencen: cinco meses para habilitar un paso alternativo y catorce meses para retirar el material caído. Demasiado tiempo para vecinos, empresarios y alcaldes de los municipios afectados que esperan recuperar para antes del verano el tráfico por su principal vía de comunicación, la N-634. Especialmente afectados se encuentran los municipios de Tineo y Salas. Una situación que califican de emergencia social y económica en la zona.
Mientras tanto la Delegación del Gobierno sostiene que no será posible ejecutar una calzada provisional hasta que no haya un diagnóstico cierto e irrefutable sobre la situación del argayo. La vía alternativa consistirá en unas estructuras de cajón sobre las que se asentará el firme y los técnicos del Ministerio de Transportes que están sobre el terreno «trabajan sin descaso» para poder diagnosticar el estado del deslizamiento de tierras «en el menor tiempo posible». Se valen, según detallan, de las técnicas «más avanzadas»: la sísmica de refracción y la tomografía eléctrica.
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