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Puede que Jaime Francisco Pérez Lorente (Avilés, 1962) aún no sea muy conocido fuera de Soto del Barco, pero en el concejo del Nalón nadie pone en duda que su alcalde, al que todos conocían como Jimi, era una de las personas más ... queridas y eso explica el enorme vacío que ha dejado este miércoles su fallecimiento, tras hallar su cadáver en las inmediaciones de la Cuevona, en el cabo Vidio, en el concejo de Cudillero.
A primera hora de esta mañana se había retomado el operativo de búsqueda del alcalde de Soto del Barco, quien llevaba desaparecido desde la mañana de ayer y cuyo coche fue localizado en las inmediaciones del citado cabo.
Jimi Pérez era alcalde desde las elecciones municipales de mayo, a las que se presentó por el partido independiente CISB en sustitución de Jaime Menéndez Corrales, el alcalde que llevaba más mandatos seguidos en toda Asturias. Sin embargo, mucho antes de interesarse por la política Jimi ya era una persona muy importante en el concejo de Soto del Barco como agente de la Policía Local desde hace más de treinta años, los últimos como jefe del cuerpo.
Pertenece a una familia humilde muy ligada al concejo desde hace décadas y pasó su infancia en el pueblo de La Ferrería. En la actualidad residía en San Juan de La Arena con su mujer, aunque nació en Avilés. Su padre fue consignatario en el puerto avilesino y su madre era la histórica locutora Margot Lorente Migoya, pionera de las ondas asturianas que también formó parte de la Corporación de Soto del Barco desde 1991 hasta 2011 en el grupo socialista.
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En su juventud, compaginó sus estudios de pedagogía en la Universidad de Oviedo con labores de voluntariado social vinculado a la educación especial y las personas dependientes. Desde 1987 era policía municipal en el Ayuntamiento de Soto del Barco, lo que le permitió no alejarse de su pueblo ni de su familia al mismo tiempo que pudo desarrollar el máximo de participación en su entorno social. Y es que Jimi era mucho más que un simple alcalde y desde luego se aleja de la imagen del típico político. En su pueblo lo definen como una navaja suiza que sirve para todo. Lo mismo ayudaba a preparar una obra de teatro, que abría el cine del pueblo, retiraba unos nidos de velutina si es necesario, participaba en programas educativos en los centros escolares o hacía de guía turístico a los visitantes del concejo. Llegó incluso a recorrerse los pueblos del concejo y hacer de chofer para algunos niños que no tenían transporte escolar ni recursos para llegar al colegio. Son todo tareas que ya desempeñaba como policía, pero que siguió desarrollando como alcalde sin que se le cayesen los anillos.
Él mismo reconocía hace poco en las páginas de EL COMERCIO que tomó las decisión de presentarse a la alcaldía con mucha ilusión y para seguir los pasos de Jaime Menéndez Corrales, su predecesor, gran amigo e inspiración. «Tomé la decisión cuando Jaime anunció que no se iba a presentar a las próximas elecciones, me siento muy querido en el concejo y hubo mucha gente que me animó a presentarme, incluso los que no tienen relación con la política, y eso me motivó mucho porque soy una persona a la que le encanta ayudar a sus vecinos y creo que el día tiene muchas horas y así las puedo aprovechar mejor», aseguraba el regidor.
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