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RAFAEL SUÁREZ-MUÑIZ
Domingo, 17 de octubre 2021, 02:41
Que tengamos en Luarca un museo vivo de primer orden mundial es para estar orgullosos de nuestro patrimonio verde en particular y material en general. El bosque-jardín de la Fonte Baxa es el resultado del deseo de José Rivera Larraya, marqués de San Nicolás de Noras, y su mujer Rosa María Pardo de Unceta. Una morfogénesis cuyo proceso se remonta a hace 27 años, cuando fueron comprando 58 fincas a 38 propietarios diferentes, para hacer el mayor jardín botánico privado de Europa con cerca de 20 hectáreas. Se invirtió sin miramientos en la consecución de esta agrupación vegetal aproximada a 1.600 especies distintas. A este paraje también se le conoce coloquialmente como «jardines de Panrico» por ser la empresa que fundó José Rivera. El matrimonio vino a pasar unos días junto con Cristina Pardo (hermana de Rosa María) y su marido Rafael Menéndez de Luarca (propietario del palacio de San Justo) y quedó enamorado de este valle. José Rivera «llevó a cabo un sueño» señala José Manuel Alba, el que fuera guardés de la finca. Se comenzó el jardín en 1992, así como la construcción de su residencia bajo proyecto del arquitecto madrileño Javier Rojo.
En julio de 2020, el Ayuntamiento de Valdés lo alquiló y en 2021 se hizo efectiva la compra de la mitad del jardín (260.000€), ya que desde 2018 estuvo cerrado y sumiéndose en el abandono. Ismael González, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Valdés, manifestaba que «al ver el estado casi insalvable del jardín: el Ayuntamiento se hizo con ello». Incluso estando en mal estado y cerrado: se abría de vez en cuando al público y era un recurso turístico de primer orden. Indica también el grado de implicación del paisajista Rafael Ovalle, pues «estuvo muy predispuesto a ayudarles y enseñarles cómo revitalizarlo y recuperarlo». En estos momentos, institucionalmente hablando, el objetivo inmediato es terminar de recuperar el buen estado del bosque-jardín y mantenerlo, para comenzar a dinamizarlo turísticamente en un corto o medio plazo.
Ahora, en cualquier caso, todo el jardín está abierto al público y es un atractor turístico puntero, un importante reclamo de alcance internacional ya no solo para Luarca sino para la región. El reputado conservador del Kew Garden de Londres, Carlos Magdalena, en su reciente visita lo calificó como «un verdadero parque jurásico que puede compararse a cualquiera de los mejores jardines botánicos del mundo», tal y como asevera José Manuel Alba. No solamente es un jardín botánico per se, sino que posee una riqueza material como pocas con la posesión de 45 conjuntos ornamentales entre ellos grupos escultóricos como las columnas del siglo II procedentes de Rumanía, la mesa de granito procedente de Florencia donde se dice que dibujaba Leonardo da Vinci, fuentes antropomorfas de fundición del siglo XIX que solo hay cuatro pares en el mundo o la fuente del siglo XVIII procedente de Córdoba.
De facto, no es que tenga una desmedida variedad botánica; a lo largo de este serial hemos visto, y veremos, espacios cuarenta veces más reducidos con una horquilla botánica de entre 800 y 1.200 variedades diferentes y no repetidas, es decir, que poseen una variedad botánica disparada respecto al espacio disponible. Por lo que comparativamente son mucho más increíbles. Pero la Fonte Baxa se caracteriza por la potencia e intensidad de formaciones vegetales y especies determinadas en una finca de dimensiones desmedidas.
Las manos culpables del diseño de este sueño verde fueron, junto con el señor Rivera, las del matrimonio de paisajistas Rafael Ovalle y Laura Rodríguez. Ovalle, en Busto, es el mayor viverista de camelias de Europa, lo cual ya induce el leitmotiv que encontraremos en esta repisa luarquesa. José Manuel Alba, el cuidador y alma mater de la Fonte Baxa, remarca la singularidad de este espacio por la adaptación al medio de tantas especies exóticas que «se van adaptando a este valle pegado al mar porque se ha generado un microclima». Cuestión nada desdeñable la litoralidad, ya que la salinidad puede afectar mucho a las plantas y secarlas, como también sostiene Beltrán Pedregal (responsable de la tienda e hijo de Rosa María Pardo), pues muy pocas plantas son halófilas por naturaleza. Veremos, pues, el más perfecto abrazo entre la armonía de una considerable comunidad climácica perfectamente adaptada y la más o menos reciente introducción de la vegetación alóctona.
Se estima que hay cerca de unas 1.600 variedades de especies. Es decir, desde el punto de vista de la biogeografía y la fitosociología: lo que define a la Fonte Baxa son sus diferentes formaciones vegetales. Hemos de tener en cuenta, en este caso, que la antropización del medio también se traduce en el paisaje, no es un paisaje natural ya que hay muchísimas especies tan alóctonas como remotas que se han ido adaptando al suelo, a la salinidad (halófilas), a la altitud, a la orientación y al clima. Los términos cuantitativos impactan a cualquiera: 17 km de paseos, 5 lagos, 9 miradores (el primero y único de Europa con una pirámide), 19 fuentes, 29 grupos arquitectónicos y escultóricos, 10.000 camelias de más de 300 variedades diferentes, miles de rododendros, más de 25.000 azaleas, unos 1.000 magnolios e incluso árboles milenarios catalogados, como un algarrobo procedente de Valencia que ya cuenta con 1.021 años en su ramaje.
El bosque-jardín de la Fonte Baxa se extiende por un fondo de valle, por las laderas y por parte de la rasa costera; por tanto, se circunscribe al piso basal (por debajo de 600 m) lo que se traduce en esa capacidad de adaptación y asociación vegetal. Tres tipos de contextos edáficos para las variables antes citadas. El gradiente térmico vegetal determina esos pisos biogeográficos en un ámbito donde la inversión térmica es aguda: del orden de 5 ºC entre el fondo de valle y la rasa, entre la pendiente y las oscilaciones térmicas del día a la noche. Nos encontraremos especies más o menos endémicas del medio físico pero no del clima, como cipreses de los pantanos (originarios de Florida), que es una de las pocas coníferas caducifolias del mundo, o alocasias macrófilas de Brasil (orejas de elefante) en el fondo de valle por sus necesidades hídricas (hidrófilas).
El desarrollo latitudinal y longitudinal de la Fonte Baxa comprende especies de todos los continentes y trópicos: desde franjas polares como Siberia (helechos epífitos cuerno de alce) pasando por EE. UU. (tulipero de Virginia, secuoyas de unos 25 años, acebo variegado) y Canadá (diferentes arces como el Acer rubrum) hasta latitudes tropicales y próximas al Polo Sur. Otro ejemplar exótico son los limoneros tropicales de las islas ABC (naturales de Centroamérica). De Sudamérica destacan el ceibo (Erythrina crista-galli), que es el árbol y la flor nacional de Argentina, las enormes gunneras manicatas de Brasil (hojas de más de 2 m2) y las yucas.
En este cambiante museo vegetal se puede disfrutar de especies del continente asiático: como las miles de camelias japónicas; bambú amarillo, verde y negro de China; jengibre; arces japónicos rojos y verdes; sauces tortuosos de Corea, y rododendros tibetanos. Podemos encontrar en Luarca plantas de Oceanía como el relíctico kauri (Agathis australis, una conífera endémica del norte de Nueva Zelanda), la araucaria neozelandesa, los helechos arbóreos de Australia —uno de los primeros vegetales en aparecer sobre la Tierra—, cuya reproducción está prohibida fuera de su país, o un eucalipto arcoíris excepcional como el presente en Los Molinos de San Justo. Otras interesantes plantas alóctonas son las del continente africano: como las patas de elefante de Kenia (Beaucarnea recurvata), cedros del Atlas (Cedrus atlantica), la planta ave del paraíso de Madagascar (Strelitzia reginae) o los dragos canarios (más de 60 años) y las palmeras.
A todo esto hay que sumarle la nada desdeñable vegetación autóctona y mediterránea, pues resultan llamativos los olivos y las sabinas. Ejemplares de castaños bicentenarios y dos casos de 500 y hasta 659 años, fresnos, sauces llorones, tilos, magnolias, camelias europeas, pinos, tejos, robles, acebos, helechos reales, abedules, hayas, etc. Se contabilizan 4,5 km lineales de hortensias más otras 4.000 en parterres que ha plantado recientemente el Ayuntamiento de Valdés.
La Fonte Baxa aspira a ser un importante reclamo didáctico, es un aula abierta en sí misma donde el visitante podrá aproximarse a distintas disciplinas. Sin salirnos de la propia masa forestal: nos permite hacer un claro ejercicio relacional de vexilología y biogeografía; esto es algo, como comentamos en la primera entrega, que se persigue también en La Viesca`l Rexidor (Salas). Desde Asturias se puede llegar a entender, pues, la enorme importancia que algunas especies vegetales han tenido para sus países, tanto que son sus emblemas. La hoja del arce canadiense (Acer rubrum), la del tulipero de Virginia (Liriodendron tulipífera) o el cedro de Líbano (Cedrus libani) figuran en sus banderas nacionales. Entre otras cosas, también se realizan estudios micológicos y se organizan visitas a colmenas cercanas.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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