ÓSCAR PANDIELLO
GIJÓN.
Jueves, 24 de enero 2019, 02:19
Es «el cuento de nunca acabar». Cuando asoman las lluvias en el cielo de Gijón -«y eso que aquí estamos acostumbrados a ellas»-, los vecinos de las zonas limítrofes al río Pinzales ya se preparan para cualquier tipo de incidencia. Y esta incertidumbre, ... según relatan, no es nueva, sino que se alarga desde hace muchos años. «La cosa está clara. Nadie sabe a quién compete la limpieza del río y ante la más mínima lluvia el caudal se desborda y afecta a todo: carreteras, casas, almacenes... Es un desastre y estamos hartos», resume Amancio López, presidente de la asociación vecinal de Veriña. Ayer, a la vista de una nueva mañana de carreteras cortadas y fincas anegadas, los representantes de Veriña, Poago, Monteana y San Andrés de los Tacones se reunieron de urgencia para abordar la situación y barajar más medidas de presión para que se tomen cartas en el asunto. La situación, según añaden, afecta a más parroquias como Cenero o Serín, que también han elevado sus quejas a las instituciones en los últimos años.
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Los vecinos de las parroquias occidentales de Gijón denuncian que, «ante la más mínima lluvia», ya llegan los problemas. Ayer, a primera hora de la mañana, la rotonda de acceso a Arcelor amaneció inundada. Un problema para los residentes de las parroquias y los barrios limítrofes, que ven cómo el principal acceso a sus casas permaneció cortado y les obligó a dar rodeos, en algunos casos, de varios kilómetros. «La rotonda de la báscula de Veriña está siempre así y es el acceso a la vivienda de muchos vecinos. Primero, porque está llena de baches a causa de la gran afluencia de camiones y, segundo, por esta facilidad que tiene para inundarse. Que se pongan de acuerdo con las competencias y que lo arreglen», denuncia José Berdayes, presidente de la asociación de vecinos de Poago.
Cuando se refiere a las competencias, Berdayes alude al conflicto burocrático que, desde hace años, no define a ciencia cierta las competencias relativas al cuidado y limpieza de los ríos, uno de los principales problemas del Pinzales en épocas de tormenta. «Ya sea Ayuntamiento, Principado o Confederación Hidrográfica, se deben tomar medidas para que no vuelva a pasar. No estamos en una región seca, aquí llueve mucho y no veo lógico que tengamos problemas cada vez que llueve un poco», añade Eusebio Ortega, presidente vecinal de San Andrés de los Tacones.
Los informes y las quejas sobre el paso a nivel o sobre el mal estado de conservación del río han sido habituales desde 2005, según denuncian los vecinos. La respuesta, casi siempre, ha sido un silencio institucional. «Estamos inquietos y cansados de pedir. Y, dentro de lo que cabe, a mi casa no entró el agua. Pero si vas a Talleres García, que trabajan allí donde la rotonda, y ves cómo hoy que lo tienen inundado, eso sí que hace que se te caiga el alma a los pies», añaden los vecinos.
La situación es especialmente sensible en Monteana. Allí, la red de alumbrado público es inestable y, cuando llegan las lluvias, las calles se quedan sin luz con bastante frecuencia. «Estos días se cayó tres veces ya y los vecinos no paran de llamarnos. Nosotros no podemos dar más soluciones que avisar al Ayuntamiento y que ellos vengan a revisarlo», explican José Ramón Pérez Cotarelo y Oliva García, presidente y responsable de la vocalía de la mujer de la asociación vecinal de Monteana. Aunque los técnicos del Ayuntamiento acuden a repararlo, los vecinos lamentan que esto es un «parche temporal» y que los problemas vuelven al poco tiempo, siempre que la lluvia arrecia.
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La falta de luz, según apuntan, es un problema de seguridad ciudadana, sobre todo para los colectivos más vulnerables. Las personas que no conocen la zona, asimismo, tienen muchas posibilidades de perderse ante la falta de referencias. «Está convirtiéndose ya en un problema diario y para muchas personas resulta terrorífico», añade García. Para Martín González, residente en la zona limítrofe entre Ruedes y Siero, la situación vuelve a ser «muy mala» tras la caída de las primeras lluvias de la semana. «La carretera hacia Gijón se inunda por cuatro puntos, el más cercano a mi casa a la altura de Varé», lamenta.
El temporal, más allá de la zona rural, obligó a cortar el parque Isabel la Católica y los accesos a la playa de San Lorenzo debido al viento y al mal estado de la mar. Por ese motivo, tanto Policía Local como Bomberos permanecieron alerta durante toda la jornada a la espera de incidencias. El Parque Fluvial, por su parte, también resultó anegado en varios puntos: al ser una zona pantanosa, su inundación es habitual tras una caída fuerte de lluvias como la de ayer. El Piles, asimismo, bajó crecido y turbio en su desembocadura, a punto de desbordarse.
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