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Ó. P.
GIJÓN.
Jueves, 24 de enero 2019, 02:19
En junio del pasado año, la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI) sufrió el episodio más traumático de su historia. En junio, después de unas intensas lluvias, el río Peñafrancia se desbordó y el agua llegó a las instalaciones de la escuela. El resultado: varias salas ... y laboratorios repletos de agua, numerosos equipos informáticos echados a perder y una sensación de vulnerabilidad que nadie quiere volver a experimentar.
Ayer, con la vuelta de las lluvias intensas, todos los ojos volvieron a posarse sobre la EPI. Con el paso de las horas, el caudal del río Peñafrancia no paraba de crecer y se temió por un posible desborde que, finalmente, no llegó. Los responsables de la escuela, sin embargo, ya han dado la voz de alarma para que no se vuelva a repetir una situación parecida a la de hace unos meses. «Estuvimos bastante preocupados, la verdad. Se habló con la vicerrectora y con la administradora del campus para ver qué podíamos hacer al respecto», sintetiza Juan Carlos Campo, director de la EPI.
Ante la posible llegada de nuevos contratiempos, los responsables del campus optaron por avisar al Ayuntamiento y este, a su vez, mandó a la zona a varios técnicos municipales para que evaluasen los riesgos y las posibles alternativas. Pese a que el río no llegó a desbordarse, los trabajadores municipales volverán a acudir hoy a la zona para comprobar la evolución del caudal del río, ya que las lluvias se siguen previendo intensas para la jornada de hoy. «El puente puede traer problemas, así que hoy seguirán con los estudios. Estábamos en alerta, ya que el río bajaba muy crecido. Esperemos que la cosa siga sin contratiempos estos días», concluye Campo.
Los daños causados por las inundaciones del año 2018 ascendieron, según reconoció la Universidad de Oviedo el pasado septiembre, a cinco millones de euros. La gerente de la Universidad, Ana Caro, explicó que la compra de material y las remodelaciones se realizaron en función de las prioridades, del análisis del Servicio de Infraestructuras y del criterio de los encargados de los talleres afectados.
Se vieron especialmente afectadas las instalaciones utilizadas por los investigadores de Teoría de la Señal. Después de este episodio, la Confederación Hidrográfica realizó una limpieza del cauce del río Peñafrancia para que no se volviese a repetir.
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