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Las empresas madereras han echado sus primeras cuentas. Calculan que la oleada de incendios les ha supuesto un quebranto económico que cifran en 100 millones. Según viene reconociendo el Principado las llamas han arruinado parte de los montes «mejor gestionados», es decir, cuidados ... y con inversión empresarial detrás para la producción de pinos, eucaliptos y otras especies. A la madera arruinada habría que sumar «el impacto paisajístico o la incuantificable pérdida de suelo», manifiestan en un comunicado difundido a través de la Federación asturiana de empresarios (Fade). Los empresarios lamentan «la pérdida de producto y al daño en el largo plazo, dado que el terreno quemado reduce enormemente la disponibilidad de madera a futuro».
Como otros actores implicados en el medio rural, los emprendedores que componen la Mesa Forestal de Fade consideran que las soluciones contra los incendios están escritas, y lo que reclaman es que se apliquen. Por eso apelan al Principado a «ejecutar las inversiones previstas dentro de la Estrategia de Prevención y Lucha contra los Incendios vigente a fin de evitar que los bosques asturianos vuelvan a sufrir de manera masiva el efecto del fuego». La citada estrategia data de 2019 y se aprobó para el periodo 2020-2025.
Los empresarios piden ayudas para la recuperación de los montes y la prevención de los incendios, pero también se muestran molestos ante la iniciativa del Principado de paralizar el nuevo Plan Forestal, en el que llevaba años trabajando. Según recuerdan la renovación de esta planificación estaba «pendiente desde 2016», el documento madurado «contempla la problemática de los incendios» y gozaría de «un amplio consenso en el seno del Consejo Forestal». Por eso dicen haber recibido con «enorme sorpresa» el anuncio de su paralización.
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Clara G. Santos
La intención del Principado es priorizar la aprobación de una nueva ley forestal que ponga el foco en la prevención de los incendios y después sacar adelante esa nueva planificación. Considera el Ejecutivo regional que lo sucedido debe «marcar un antes y un después». El borrador del plan contaba con la crítica de los ecologistas y parte de los técnicos, pues consideraban que su prioridad era dar a los empresarios más margen para plantar nuevas especies con las que librarse del perjuicio que están causando las plagas.
La mesa de Fade mantiene por contra que urge sacar adelante el plan «con una dotación presupuestaria adecuada, e impulsar la gestión del monte ante la crisis de abandono que está padeciendo». Según su perspectiva, «la paralización del plan supone retrasar la adopción de soluciones contra los incendios».
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