Las llamas cercaron Luarca esta noche, como se aprecia en esta imagen tomada desde la subida al faro e. c.

Incendios en Asturias

Lágrimas y rabia entre los evacuados a medianoche: «No sabes ni qué coger»

Pueblos enteros son cobijados en el improvisado albergue del polideportivo de Luarca. Los hosteleros se vuelcan para darles sustento. Nervios para localizar a la última vecina de un pueblo

Angela Rodríguez

Luarca

Viernes, 31 de marzo 2023, 10:57

Habían escuchado que «en Aristébano los sacaron de casa», pero no podían imaginar que en unas horas ellos serían los evacuados. Al menos, no en tan pocas horas. Esa era anoche la tónica general entre las decenas de vecinos que llegaban al polideportivo de Luarca, desde los pueblos de Ranón, Leiriella, Pescareo, y Balsera, entre otros. Algunos con sus perros y gatos en brazos, otros aferrados al teléfono móvil para saber de sus familiares y otros hasta en zapatillas o toquilla.

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«Es muy triste. Tener que dejar allí todo, a los animales… No sabes ni qué coger», lamentaba Cruz, una de las vecinas de Folguerón, que junto a sus padres y su hija recayó en el polideportivo luarqués. Ella era una de tantas ganaderas que, con mucho pesar, se vio obligada a abandonar a sus animales. «Dejé las puertas de la cuadra abiertas, pero nada… Todo quedó allí», señaló también, al borde de las lágrimas, otro ganadero de Pescareo.

El sector se volcó, anoche, en las labores de extinción del fuego, ayudando con las cubas «a frenar lo imposible». Y es que con rachas de viento de hasta 100 kilómetros por hora en Cabo Busto, -las mas altas registradas en la región-, frenar el avance de los incendios está siendo extenuante. «El fuego está llegando ya a San Pelayo y a Aldín», señalaba esta mañana el equipo de Protección Civil de Valdés. «Lo comprobé en persona y el paisaje es lunar, pero parece que no hay daños, por el momento, en inmuebles de Ribón, Tablizo, Cadavedo, Villademoros, Quintana, San Cristóbal, Busto y Querúas», añadió el alcalde, Óscar Pérez, que sobre las dos de la madrugada vigilaba el avance del fuego en La Figal.

Desde Casiellas llegaba junto a sus hijos, Herminia Menéndez, que ya estaba en la cama cuando los agentes desalojaron la aldea. Y desde Ranón, el pueblo al completo. «Nos dimos cuenta de que faltaba una señora, pero ya estamos todos», apuntó una de las vecinas, con alivio. Los voluntarios de Cruz Roja registraron a los desplazados por el fuego a su llegada al polideportivo y les proporcionaron kits de higiene y comida caliente. Y también varios negocios hosteleros de la villa se ofrecieron su ayuda, junto a incontables vecinos.

Muchos valdesanos y habitantes del occidente permanecen, a esta hora, al otro lado del corte de la autovía en Novellana. El monte sobre el polígono de Barcia-Almuña está ardiendo, y los colegios han suspendido las clases, dado que muchos profesores no pueden llegar. Valdés cada vez mas incomunicado y herido, resiste.

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