«Sigo temblando del susto. Ha sido una tragedia»

El Centro de Coordinación de Emergencias recibió el aviso a las 7.56 horas, después de que un vecino diese la voz de alarma al ver salir humo por debajo de la puerta. Ante la gravedad del suceso, se movilizó a dos jefes de zona y a bomberos de los parques de Villaviciosa, Piloña y La Morgal, que acudieron con tres camiones autobombas urbanos, dos forestales, un vehículo autoescalera, uno de transporte de personal y dos de mando.

Además, se dio aviso a la Policía Local, cuyos agentes fueron los primeros en llegar. En ese momento el hueco de la escalera estaba ya lleno de humo y el tiempo corría en su contra. «En cuanto llegaron los bomberos nos pusimos a intentar abrir la puerta, pero nos llevó varios minutos. Llegamos incluso a reventar la persiana para intentar entrar por la ventana», relató uno de los policías.

Los golpes llamaron la atención de los vecinos del bloque, que no dudaron en asomarse a ver que estaba pasando. «Me asomé y me dijeron que estaban intentando abrir porque no respondían, pero me pareció raro. Volví a casa y cuando quise salir otra vez, a los pocos minutos, ya no veía por el humo. Avisé a mi hija que se iba a ir a trabajar, cogí unas toallas húmedas y salí corriendo a la calle», relata Eva García.

Una vez en la vivienda y prácticamente sin visibilidad por el humo, los bomberos procedieron a extinguir el incendio. Fue entonces cuando encontraron al matrimonio en la habitación. Nada pudieron hacer por salvarlos. «Lograron sacar a uno, pero comprobaron que estaba fallecido. La otra persona también estaba muerta», informó tras la intervención Eduardo Navarro, jefe de Bomberos de la zona oriente. Hasta allí acudió también el equipo médico de Atención Primaria y una ambulancia.

Cuarenta minutos después de la llamada, los efectivos dieron por controlado el incendio y procedieron a desalojar a quince vecinos. Tan solo dos personas se quedaron en su casa, al tener una movilidad reducida y no correr ningún riesgo. Ninguno de ellos necesitó atención médica, aunque la tensión y los nervios eran patentes entre quienes esperaban para volver a su hogar. «Sigo temblando del susto. Ha sido una tragedia», reconocía uno de ellos.

Aunque el golpe más duro fue para Blanca Benalcázar, quien llevaba trabajando como cuidadora de las víctimas desde octubre. «Entro a trabajar a las diez y media, pero una amiga pasó por aquí y me avisó que viniera, que algo había sucedido. Poco después me llamó la enfermera para decirme que ambos estaban muertos», relataba ayer entre lágrimas, incapaz aún de asimilar lo que había pasado. Ella era consciente de que el matrimonio fumaba en la cama. «Una vez estaba en la cocina preparando la comida para el día siguiente y Carmen estaba fumando en la cama. Cuando fui ya estaba quemando la sábana y algo el edredón, pero lo apagué rápido. Alguna vez había caído también algo de ceniza, pero yo siempre estaba pendiente de ellos», aseguró.

El alcalde, Alejandro Vega, decretó luto oficial en el municipio maliayo por tres días, durante los cuales las banderas ondearán a media asta y se suspenden los actos oficiales.