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MARCO MENÉNDEZ
Viernes, 21 de agosto 2020, 02:34
La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Ternera Asturiana no deja de crecer. El año pasado se certificaron 6.826 toneladas, que alcanzaron un valor comercial de casi 34 millones de euros. En lo que va de año siguen aumentando las ventas: «Queremos llegar a las 7.000 toneladas. Somos optimistas». Así lo indicó ayer Rubén Fernández, presidente del Consejo Regulador de la IGP Ternera Asturiana, que participó en la webinar organizada por EL COMERCIO sobre 'Ternera asturiana: retos de comercialización como oportunidad de futuro'. También participaron Francisco Vázquez, responsable de la sección de Carnicería de Masymas; Sergio Marqués, responsable de gestión ganadera del departamento cárnico de Alimerka, y Covadonga Álvarez, coordinadora del departamento de producción de Cárnicas Hicor, moderados por el periodista de EL COMERCIO Octavio Villa. Todos ven con optimismo el futuro de esta marca.
Lo más importante para seguir creciendo es explorar nuevos mercados. Desde 2013, la IGP ha aumentado sus ventas un 20% en Asturias y hasta un 60% fuera de la región. «Tenemos que crecer y buscar nuevos mercados fuera de Asturias», explicó Rubén Fernández, algo que secundó Covadonga Álvarez, porque «el mercado asturiano está casi saturado». Eso sí, abrió nuevas posibilidades de negocio pues, «aunque en los puntos de venta el crecimiento está prácticamente agotado, hay consumidores, como los jóvenes, que han dejado de consumir productos frescos. Ese es un punto de crecimiento en Asturias».
Este tipo de carne destaca, entre otros aspectos, por sus grandes filetes, pero además de las piezas más 'nobles' hay otros cortes del despiece que se pueden aprovechar mucho más. Sergio Marqués cree que «lo que va a variar es el tipo de cortes y de carnes que consuma la gente. Tenemos que ver cómo gestionar todos esas piezas que exigen una cocina más elaborada». «No podemos pretender que todo el mundo coma filetes o cachopos. Esa es una dificultad para seguir creciendo». Por su lado, el responsable de la sección de Carnicería de Masymas considera que ese aprovechamiento «tiene que ir más enfocado a los fabricantes. Hay que volver a la cocina de la carne guisada, necesitamos fabricantes que lo hagan».
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El presidente del consejo regulador IGP Carne Asturiana tiene claro que a este tipo de carne «hay que buscarle una salida» y defiende que «es labor de la parte comercializadora. Podemos fomentar el guiso, pero el transformador tiene que hacer hincapié en que el producto es el mismo».
En ello ya está trabajando Cárnicas Hicor. La coordinadora del departamento de Producción explicó que «estamos en esa línea, aunque no sabemos aún cómo finalizarlo. Hay dos problemas: el público más joven quiere el producto totalmente elaborado, mientras que el ama de casa de unos 60 años lo quiere precocinado».
A la IGP se están incorporando jóvenes ganaderos, para quienes Covadonga Álvarez reclama «ayudas de la PAC para asegurar el relevo generacional y mantener la tradición», pero Marqués apunta que «el futuro será bueno mientras seamos capaces de asegurarles una comercialización potente y fiable. Al ganadero joven se le ha de garantizar una comercialización a precios razonables».
Es una idea compartida por Francisco Vázquez, al tiempo que Rubén Fernández apostilla que «hay mucho territorio para crecer. Los que nacemos para ser ganaderos nacemos con la afición, miramos por la raza y cuidamos el medio ambiente. Ahora hay muchos jóvenes que vienen con esa misma afición, es lo que aprendieron».
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