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GIOVANNA F. BERMÚDEZ
GIJÓN.
Lunes, 5 de julio 2021, 01:22
Asturias espera un verano cargado de turistas y visitantes, pero el sector de la hostelería y la restauración no encuentra personal cualificado para reforzar sus servicios durante estos tres meses. Un problema que se viene repitiendo año tras año y que obliga a algunos negocios incluso a cerrar sus puertas al menos una vez a la semana por descanso en plena temporada veraniega, dado que no hay personal para cubrir turnos.
La patronal asegura que no encuentra, ni siquiera, personas sin formación, y apunta a que el problema se debe, en gran medida, al éxodo de jóvenes de las zonas turísticas de la región. Y eso que este verano se espera un torrente de turistas, con las reservas prácticamente cubiertas, principalmente en la Asturias rural.
Los empresarios coinciden en que, en los últimos años, se ha vuelto imposible conseguir profesionales cualificados del sector. Pero el problema, según dicen, se ha ha agravado y, ahora, ya ¡ni se presentan a sus ofertas laborales trabajadores sin formación o experiencia que quieran aprender. La situación es común en toda la región, pero resulta más complicada en aquellas zonas con una elevada alfluencia turística, fuera de las grandes urbes, donde los hosteleros tienen que ofrecer alojamientos para esas fechas, pero aún así no consiguen atraer trabajadores.
Esta es la problemática que encuentran, por ejemplo, en una de las zonas más visitadas del oriente asturiano, Cangas de Onís. Los empresarios vinculados al turismo en este concejo piden que se continúe profesionalizando el sector, llevando allí centros de formación, para que la hostelería y la restauración sean salidas profesionales atractivas para los jóvenes del entorno y que se queden en la zona en lugar de buscarse su futuro en las grandes ciudades.
Según asegura el director del Parador Nacional de San Pedro de Villanueva, Ignacio Bosch, este es un tema «que viene de lejos», especialmente allí donde la falta de población «agudiza el problema, dado que hay una demanda muy alta y poca oferta a la que coger». Para Bosch, la clave está en seguir dotando a estas zonas de puntos de formación para la restauración.
Esta misma opinión la defiende el empresario José Martínez 'Salas', propietario del restaurante El Cenador de los Canónigos y del hotel La Cepada, que va más allá y asegura que el problema va en aumento. «Es cierto que faltan profesionales, pero es que ahora ni siquiera se encuentra gente sin cualificar. Ahora mismo, solo pido para trabajar actitud y ganas de aprender», confiesa este hostelero.
Apunta, además, que desde la pandemia se nota entre el personal que ya trabajaba en el sector «cierta sensación de desgana». Martínez señala que la patronal de la hostelería y la restauración no tiene inconvenientes en «dedicar esfuerzo, tiempo y dinero a formar a sus profesionales», pero considera que «la propia juventud no tiene ganas de trabajar», al menos durante los meses de verano. Y añade que desde escuelas de otras comunidades autónomas, como Andalucía o Castilla- La Mancha, se interesan en optar a contratos que les permitan trabajar durante el período no lectivo y, sin embargo, los estudiantes asturianos de estas especialidades no lo hacen.
Este déficit de mano de obra lo sufrió este verano el restaurante Guernica, de Luanco. Su propietario, Ramón Menéndez, comenzó su búsqueda de personal para la temporada estival hace unos meses, publicando las ofertas a través de la oficina de empleo. Puestos para los que, según cuenta Menéndez, ofrecía una remuneración adecuada, la ganancia de las propinas y alojamiento, porque, a pesar de que Luanco se encuentra entre Avilés y Gijón, entiende que sin transporte privado a su disposición muchos jóvenes no se interesarían por la oferta.
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A pesar de estas condiciones, únicamente recibió respuesta de dos mujeres, procedentes de otro sector y sin experiencia previa en hostelería. Aspirantes a las que contrató y ofreció formación antes de incorporarse al puesto de trabajo. El de Ramón Menéndez es uno de los establecimientos que ha tenido que optar por cerrar un día a la semana, al no encontrar personal para dar los descansos correspondientes. Para su propietario una de las razones de esta falta de trabajadores es el gran número de ayudas públicas que se están ofreciendo, sin obligar a ofrecer un servicio a cambio. Aunque también reconoce que la existencia de muchos «piratas» que ofrecen malas condiciones y no cumplen con los convenios, «hace que el sector coja mala fama», y al final paguen justos por pecadores.
Los empresarios del sector que luchan por su profesionalización denuncian a los que incumplen las condiciones laborales pactadas. Es el caso de Pedro Morán, propietario de Casa Gerardo, quien critica que las condiciones que se ofertan «no siempre son las adecuadas». Miembro de la asociación Fomento de la Cocina Asturiana, reconoce dificultades para encontrar gente formada, pero considera que la solución pasa por seguir apostando por las escuelas de hostelería, con las que él mismo tiene convenios de colaboración para prácticas y contratos, sin esperar a la llegada del verano. En su negocio aprovecharon los cierres para seleccionar personal.
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