Los vecinos de Prahúa en Candamo: «El fuego llegó hasta una cabaña»

En torno a las 17 horas de esta tarde se inició el fuego en la sierra de Sollera en el municipio de Grado, en una zona de monte que limita con los municipios de Candamo, Salas y Grado y el fuerte viento trasladó las llamas a «Salas y Candamos», explicó la alcaldesa candamina, Natalia González, quien aseguró que «se desconoce el origen».

Los vecinos de la localidad de Prahúa, están ayudando a los bomberos a extinguir el fuego, que ha entrado en la zona alta de esta localidad y «llegó hasta una cabaña», explicó a EL COMERCIO, el ganadero Carlos Estrada, quien ha soltado a su ganado ante el temor de que «el fuego alcance la cuadra».

Por su parte el alcalde de Pravia, el socialista David Álvarez, miraba expectante el humo, , «de momento no afecta a nuestro concejo», detalló el regidor quien aseguró que «quemar el monte es un desastre medio ambiental, da igual a que municipio afecte».

El humo era visible desde la capital praviana, así como de diferentes lugares de los municipios limítrofes.

Desde la Guardería del Principado, los agentes forestales se encuentran en el pueblo, colaborando con la extinción. «El fuego afecta a pinar y monte de eucalipto», han confirmado a este periódico, sin que ninguna vivienda, de momento, se viese afectada. Uno de los agentes, ha asegurado que el fuerte viento, que alcanza rachas puntuales de hasta 80 kilómetros por hora, está propagando el fuego y dificultando las tareas de extinción.

El alcalde de Salas, el forista Sergio Hidalgo, ha dado gran importancia a los cortafuegos que al estar limpios, «impidieron que las llamas alcanzasen un monten comunal de pino», dijo mientras se trasladaba al lugar del incendio.

Entre los vecinos afectados por el incendio de Prahúa, se encontraba el edil de Cultura de Grado, Plácido Rodríguez, quien tienen una vivienda a la que el fuego «llegó a pocos metros», dijo esté vecino, quien además trabaja como bombero. «Es muy angustioso ver como el fuego llega a tu propia casa», dijo explicando que a pesar de sus más de veinte años de experiencia, «la meteorología es muy adversa y es peligroso». Por ello los vecinos no pudieron colaborar con las labores de extinción, ya que el fuerte viento, «propaga las chispas muy rápido», por ello no han querido dejar sin vigilancia sus viviendas, las cuales enfrían con mangueras para evitar que el fuego las alcance