Secciones
Servicios
Destacamos
Adrián Barbón lleva desde que asumió la Presidencia del Principado presumiendo de ser exigente y beligerante con el Gobierno de Pedro Sánchez, y de anteponer los intereses de su tierra a los de su propio partido, mientras recibe una y otra vez críticas ... por parte de la oposición por todo lo contrario. El presidente asturiano no ha tenido reparos en criticar públicamente medidas adoptadas por el equipo de Sánchez de índole dispar, como la protección del lobo, su postura en relación a la liquidación del IVA de 2017, la propuesta inicial para el reparto de la financiación autonómica o el estatuto de las electrointensivas, pero si algo ha dañado la relación de Barbón con el Gobierno nacional han sido las infraestructuras.
Noticia relacionada
Un cúmulo de incumplimientos históricos que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible mantiene con el Principado y del que Barbón responsabiliza a todos los ministros del ramo desde Josep Borrell, lo que ha llevado al líder de los socialistas asturianos a poner en duda públicamente el compromiso de este departamento con Asturias, así como su credibilidad. También la actual. Eso sí, Barbón ha sido siempre especialmente benévolo con la figura de Óscar Puente.
La decisión del Ministerio de Transportes de paralizar el proyecto para la construcción del vial de Jove, en Gijón, ha sido la gota que colma el vaso para Asturias y han comenzado a escucharse –también en los mentideros socialistas– voces que hablan del ninguneo a esta región. Todo, a nadie se le escapa, en un momento político complicado para Sánchez, presionado por los partidos nacionalistas y los compromisos adquiridos para mantener su apoyo.
La situación es difícil de gestionar desde el Principado y cada uno de los golpes en forma de retraso, paralización o incumplimiento que la región recibe por parte del ministerio supone un conflicto interno tanto en el Gobierno regional como en la Federación Socialista Asturiana. Barbón siempre ha mostrado su malestar. Hartazgo, incluso, en ocasiones. Recuérdese el 'tour' ministerial tras hacerse pública la baja ejecución presupuestaria –principalmente en materia de infraestructuras– o el viaje del presidente junto a Miguel Ángel Revilla, entonces su homólogo en Cantabria, para pedir compensaciones por el escándalo destapado por EL COMERCIO sobre el diseño de los trenes que no entraban por los túneles. Pero también las quejas por el retraso en la apertura de la variante de Pajares, el malestar por el presupuesto comprometido para el peaje del Huerna que nunca llegó a gastarse, el bajo ritmo en la ejecución del plan de cercanías o los recientes reproches por la paralización de las obras en el nudo de Serín.
Pero ha sido ahora, tras el escándalo en relación con lo ocurrido con el vial de Jove, cuando la relación entre el Principado y el ministerio parece haber llegado a un punto de difícil retorno. La acumulación de rifirrafes internos y sobre todo el apoyo explícito de Barbón a la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, y a los vecinos, no sólo denunciando lo sucedido, sino rechazando el proyecto alternativo que se ofrece para solucionar los problemas que existen en el actual acceso a El Musel, han hecho que la crisis entre el Principado y el ministerio no tenga precedentes.
La situación ha salpicado incluso a la Delegación del Gobierno, a quien Barbón apuntó hasta en dos ocasiones a la hora de exigir responsabilidades, lo que obligó a Delia Losa a salir al paso en defensa de sus técnicos y también del ministerio. Un choque público entre Barbón y Losa que ha tenido numerosas lecturas, todas de ellas de índole política, y que no han hecho más que echar leña al fuego.
En el Ministerio de Transportes no ocultan tampoco su malestar y parece que han dejado de tener miramientos con el presidente asturiano. El giro en la relación entre el Gobierno regional y el ministerio es evidente. La comunicación entre el Principado y Transportes está, si no rota, cogida con hilos. Hasta el punto de que la desconfianza entre ambas partes es más que elocuente.
En Madrid se han recibido los últimos movimientos por parte del equipo de Adrián Barbón como una muestra de «deslealtad» hacia el Gobierno central, según afirmaron a EL COMERCIO fuentes consultadas. Entienden en determinados departamentos del Ministerio de Transporte como lealtad defender a capa y espada sus decisiones, aunque supongan perjuicios, como es el caso, para Asturias. En el Ejecutivo autonómico tienen claro sin embargo que «Asturias es lo primero», como ha dicho en innumerables ocasiones Barbón. «Y defender el vial de Jove que piden los vecinos es defender Asturias», mantienen desde el Gobierno autonómico. De hecho, el propio presidente del Principado, por si había alguna duda de su posición, lo dejó claro durante la tarde de ayer en un acto celebrado en la Cámara de Comercio de Oviedo sobre fiscalidad: «Tras escuchar a los gijoneses la posición de Asturias es clara: no nos vale en superficie».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.