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RAMÓN MUÑIZ
GIJÓN.
Sábado, 6 de marzo 2021, 03:30
La movilidad exige en Asturias planificación y liderazgo para cerrar los debates que arrastra desde hace lustros y evitar con las ayudas europeos los errores incurridos con los fondos mineros. En la base de la lucha contra el cambio climático están las empresas que sacan adelante el transporte público, parte de las cuales están en riesgo por la caída de usuarios que sigue provocando la pandemia. De ello y de las mejores soluciones para la región versó la tercera y última sesión de las Jornadas de Infraestructuras y Movilidad que organiza EL COMERCIO. El diagnóstico de los expertos lo aportaron el director de Confebus, Jaime Rodríguez Medral; el CEO de la consultora Vectio, Carlos Suárez, y el codirector del Máster en Transporte y Gestión Logística de la Universidad de Oviedo, José Manuel Montes Peón.
El último ha sido un año «que todos han aprovechado para planificar, se sabía que iban a llegar grandes fondos de la UE y para aprovecharlos estamos asesorando al gobierno serbio para establecer prioridades entre los grandes proyectos que tiene en cartera», explicó Suárez. «En Asturias lamentablemente poco oímos de esto y veo con preocupación la falta de proyectos de futuro; llevamos diez años hablando de solucionar la entrada del AVE en Asturias y no sabemos qué va a pasar desde Lena, ni si se descarta, ni cuál es la propuesta del Principado para las cercanías. ¿Alguien tiene en mente dónde quiere estar Asturias en 2030, cuál es su modelo de movilidad para entonces? Porque eso hay que trabajarlo desde ya», instó.
«El 43% de la población está en Gijón, Oviedo y Avilés, lo que junto a las cuencas genera una movilidad enorme por motivos de trabajo, estudio y ocio», diagnosticó José Manuel Montes Peón. Son flujos que se reparten entre el vehículo privado y el transporte público en una proporción «que no se corresponde con que tengamos la red más densa de líneas de autobús y una de las de cercanías mayores de todo el país; si uno observa la evolución desde 2002 hemos perdido un 4% de población y se ha incrementado el parque de vehículos», aportó. Asturias presenta por tanto «una realidad complicada de planificar, con un abanico muy amplio de soluciones pendientes entre las cuales hay algunas sencillas de aplicar, como los carriles bus en los que podemos progresar y los planes de empresa. Es importante comenzar por las soluciones que tenemos más a mano», recomendó.
En esos avances se juegan su futuro las empresas que sacan día a día el transporte público. El sector del autobús está compuesto por 3.200 empresas, 42.000 vehículos y da empleo «a casi 95.000 personas en todo el país», detalló Rodríguez Medral. Cerraron el ejercicio «con unas pérdidas de entre 3.000 y 4.000 millones y la situación sigue en 2021, por lo que salvo que aparezcan medidas urgentes, estimamos que en este primer semestre sumaremos otros 2.500 millones en pérdidas», avanzó. Es una realidad que «está agravando la situación de unas empresas que no van a ser capaces de mantener el empleo; si no llegan medidas económicas fuertes un tercio de ellas están en riesgo, lo que supone 30.000 empleos en todo el país también», expresó.
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La desconfianza al transporte público sigue instalada «a pesar de que hasta la fecha no han habido brotes en él», recordó Carlos Suárez, desde Vectio. El consultor asume que la llegada del virus obligó a improvisar, que «llevábamos 80 años sin sufrir una pandemia y es normal que no hubiera nada planificado», pero también instó a aprender del año vivido. «Hay cosas que se siguen confundiendo, se dijo que había que parar la movilidad y la movilidad en sí misma no es negativa, el riesgo está en la interacción entre las personas. Hay que empezar a reflexionar sobre cuál es el peligro real de que vaya con mi familia al monte o la playa y diferenciar eso de que nos metamos en una casa con gente con la que no convivo», abundó.
El contexto es atípico y enfrenta a un dilema a políticos y expertos. A la hora de planificar, ¿qué referencias se toman? «Ahora tenemos mucho dato vacío que no significa nada; la movilidad ha caído, claro, pero es que se ha cortado, así que todo lo que hacemos en planificación es con datos del pasado. Es cierto que el teletrabajo ha venido para quedarse pero hay economistas que dicen que cuando la pandemia desaparezca debería volver todo a una cierta normalidad», indicó Suárez. A pesar de la añoranza que hay de ello, el pasado está lleno de desequilibrios, según advirtió el profesor José Manuel Montes Peón: «Venimos de una normalidad cuyos datos agregados no son buenos, por lo tanto la mirada debe ponerse más hacia adelante que hacia atrás, en un horizonte largo para introducir planificación».
Ahí es donde los especialistas atisban sombras que centran en el Principado. «En la capa estatal hay una planificación de variante de Pajares que es la misma desde 1998, se ejecuta y le sigue faltando resolver la permeabilidad en el interior de la región. El Estado bastante hace con avanzar la obra, pero el Principado tiene desde 2018 una Ley de Movilidad Sostenible de la que iban a colgar unas directrices de las que no sabemos nada», recordó Carlos Suárez. «Es el Principado el que tiene capacidad de normalizar la penetración del autobús en las ciudades, algo que ahora hace el Centrobus en paradas sin señalítica propia cuando es el autobús el que te va a dar capilaridad y permitir que alguien de Viesques llegue por ejemplo al HUCA», apuntó. «No hay un plan del Principado para las cercanías, no sabemos a dónde quiere tirar y el año que viene ya hay tres anchos de vía distintos», anticipó. En contraste en el orden local «Gijón es la más avanzada, con carriles bici que inició Paz Fernández Felgueroso y sostuvo Carmen Moriyón; Oviedo hizo peatonalizaciones con Gabino de Lorenzo y ahí paró, y Avilés ya tiene plan», enumeró. «Hacen falta líderes, planificación, sí, pero también liderazgo», reivindicó.
Un ejemplo de esa falta de dirección o política inconstante lo ofrece el área metropolitana de Asturias, que pasó de ser una de las mayores preocupaciones la pasada legislatura a no celebrar una sola reunión en la presente. El área central «existe y no hay administración capaz de negarlo», apreció el CEO de Vectio. «En la era prepandemia el 80% de los desplazamientos en ella eran en coche, y ahora los viajes en vehículo particular se han incrementado exponencialmente; probablemente haya que recuperar las políticas que estaban previstas antes, potenciarlas en la línea de descarbonización y con las ayudas que plantea la UE», sugirió el director de Confebus. En ese sentido recordó que la ley de cambio climático actualmente en tramitación ya obliga a crear Zonas de Bajas Emisiones en ciudades por encima de 50.000 habitantes «y en las enmiendas en el Congreso se está planteando rebajar ese umbral. La pandemia ha supuesto un parón importante, pero los instrumentos legales del área central e incluso la voluntad política parece clara», consideró el codirector del Máster universitario. «Incluso está el Consorcio de Transportes, con un buen historial de trabajo, por lo que es relativamente fácil trabajar sobre ello y avanzar rápido», agregó. Eso sí, Montes Peón advirtió de que las soluciones no pueden limitarse a copiar lo de fuera porque «cuando se analiza la efectividad de cada medida y buenas prácticas, se observa una disparidad de resultados enormes sobre una misma medida». Asturias en ese sentido «tiene tres grandes ciudades, un área polinuclear que no he visto en otra parte, así que, ¿a quién nos íbamos a parecer?»
De existir esa visión de futuro y políticos trabajándola, ¿cuáles deberían ser las actuaciones prioritarias? «A nivel de patronal nacional hemos elaborado un plan de reconstrucción del transporte de viajeros», informó Jaime Rodríguez Medral. El programa apuesta por «políticas de carriles bus en los ejes de las grandes ciudades y renovación de estaciones», priorizó. Para Jose Manuel Montes Peón el foco hay que ponerlo «en la red de cercanías de Feve, que necesita inversión pero por la situación a la que se ha llegado; eso y en clave local algo que Oviedo ya tiene resuelto y Gijón sigue con el problema, es la estación intermodal». Suárez optó por una apuesta «más disrruptiva, para un horizonte de 2050, en el que aprovechamos que somos el centro de la cornisa con un 'hub' en Llanera con un aeropuerto nuevo y una estación de tren que sirva de eje vertebrador del AVE del Cantábrico». Se trata de «un sueño, más que una realidad, sobre todo si vemos que no hemos sido siquiera capaces de concretar dónde poner la estación de Gijón», lamentó.
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