Secciones
Servicios
Destacamos
GLORIA POMARADA / ALEJANDRO FUENTE / ROSANA SUÁREZ / BELÉN G. HIDALGO
BUSTIO / PAJARES / SAN TIRSO DE ABRES.
Miércoles, 28 de octubre 2020, 02:48
Antes de la pandemia, la frontera era un concepto abstrado para los vecinos de Bustio y Unquera, acostumbrados a «hacer vida como un solo pueblo». Lo mismo sienten en el paso entre Pajares y Arbas del Puerto (Villamanín), Vegadeo y Ribadeo o entre San ... Tirso de Abres y Trabada y A Pontenova. Se mueven para hacer la compra, ir al médico o a la peluquería, trabajar y hacer deporte. Durante el primer estado de alarma, familias y negocios quedaron divididos durante «unos duros y largos meses» y ayer los habitantes de los pasos fronterizos volvían a expresar sus «dudas» sobre la rigidez del cierre regional. No son pocos los partidarios de que, ante las dificultades de vivir en la raya, reclaman «otra regulación».
Pajares
Leticia Álvarez, vecina de Pola de Lena, y Margarita Fernández, del pueblo de Pajares, se desplazan cada mañana hasta el restaurante que regentan y en el que trabajan, Venta Casimiro. ¿Su peculiaridad? Que se encuentra a diez metros del letrero que fija la frontera entre el Principado, dentro ya de la provincia de León. «Sí, tenemos que cruzar el límite perimetral de la región; poco, pero hay que hacerlo», señalaban. Ya tienen toda la documentación preparada -los formularios descargados de la página 'web' de Fade- por si hoy se encuentran con controles con el cierre decretado a partir de la pasada medianoche. «No creo que haya mayor problema en poder acceder a nuestro puesto de trabajo», señalaba la primera de ellas.
Para ellas el conflicto es otro. En la N-630 que conecta Oviedo con León, hay algunos camiones estacionados en los arcenes, pero apenas se ve tráfico. Para ellas es un «batacazo». «Vivimos del paso, de la gente que atraviesa este puerto de montaña y que hacen un alto. Seguirán pasando camioneros, pero muy pocos».
Noticia Relacionada
Bustio
«Si cierran como la otra vez va a ser un trastorno», indicaba Ángel Alonso, de la localidad peñamellerana de Buelles. A pie del puente sobre el río Deva, meditaba cómo proceder hoy, pues su «costumbre» es «bajar todos los días a Unquera a pasear». «Ando ocho kilómetros y también aquí hago las compras, a ver si me dejan pasar», señalaba. En la misma tesitura se encontraba María José Yáñez, residente en Unquera, que ayer apuró la última jornada sin cierres para hacer deporte por Ribadedeva. «En estos pueblos no se hace ningún mal en cruzar, aquí Asturias y Cantabria está unido», sostuvo.
«Todos tenemos familia en Bustio», añadía Beatriz Prieto, vecina de Pechón que trabaja en Unquera. En su caso, el «follón» del cierre afecta a la conciliación: sus padres residen en Bustio y ellos cuidan de los nietos algunas tardes. «En estas zonas limítrofes es complicado, estamos de acuerdo en las medidas, pero aquí tendrían que levantar un poco la mano», indicó.
También los negocios se ven afectados por un cierre que deja a parte de la clientela del otro lado. «Esto no es una frontera», afirmó el empresario Juan Carlos Sánchez, al frente de la administración de lotería y de la fábrica de corbatas Sanbar.
«En Bustio más del 60% de los clientes son de Cantabria, la gente está muy preocupada. En casos tan extremos como estos se necesita otra regulación», señaló Elena Gutiérrez, de la tienda de alimentación La Fonda.
Noticia Relacionada
San Tirso de Abres y Vegadeo
Los vecinos de este concejo que limita al norte, oeste y sur con los términos lucenses de Trabada y A Pontenova cruzan a diario la frontera con Galicia. Tan solo una carretera, la N-642 con varios tramos que serpentea entre las dos comunidades autónomas, separa a asturianos y gallegos. Es la vía principal de comunicación de A Mariña lucense. Dicen los habitantes de la comarca del Eo que notarán la restricción de movilidad al no poder desplazarse a Ribadeo, referente comercial .
Clara González, propietaria del emblemático bar-tienda La Farrapa, no comprende que la normativa sea la misma para todo el territorio. «Tenemos las mismas normas que en la calle Uría de Oviedo y no hay comparación», lamenta esta gallega que desde hace 22 años reside en San Tirso de Abres. Las farmacéuticas del pueblo, Clara Antolín e Isabel Galán, tienen clientela que acude desde Galicia. «Hay una señora que vive en A Pontenova. Es de San Tirso de Abres y mantiene aquí su médico. Nos ha pedido que le preparemos sus medicamentos para llevárselos, porque no sabe cuándo podrá volver».
Joel García, propietario de la empresa de aventura Eo Activo, es consciente de que hasta el próximo verano no podrá ofrecer sus servicios, demandados principalmente por turistas que llegan de Galicia. Joel, que ayuda a su padre en la ebanistería, se muestra preocupado. La compra de laminados la hace en Lugo y al otro lado del Puente de los Santos también tienen clientela. Y Ángeles Molejón, del Centro de Interpreación de la Pesca del Eo, asume que tendrá que cambiar los hábitos y comprar por internet.
En Vegadeo, donde solo se sancionó a seis personas entre marzo y junio, el alcalde, César Álvarez, no ha pedido refuerzos. «La gente se moviliza, pero prima el sentido común». Su homólogo de Castropol, Francisco Vinjoy, también confía en la disciplina de los vecinos. La Policía Local seguirá concienciando y estará disponible si fuese necesario colaborar con la Guardia Civil.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.