![«La ciencia pura no solo aumenta nuestro conocimiento, también las preguntas que nos hacemos»](https://s1.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2023/12/29/EF0TH9R1-keLG--1200x840@El%20Comercio.jpg)
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Nacer en Asturias es hacerlo en una comunidad soñadora, que ha enviado a sus hijos a recorrer el mundo y que sabe también mirar al cielo, al infinito. Así lo lleva haciendo casi toda la vida Noemí Pinilla Alonso (Oviedo, 1971). Inició su carrera investigadora ... en la Universidad de la Laguna, en Tenerife, donde se doctoró en Astronomía y Astrofísica. Su trayectoria profesional incluye colaboraciones en instituciones de renombre como el Instituto de Astrofísica de Canarias, el observatorio de Roque de los Muchachos, el Telescopio Nazionale Galileo, el Centro de Investigación AMES de la NASA y la Universidad de Tennessee en Estados Unidos. Pinilla destaca como una de las investigadoras más reconocidas a nivel mundial en observaciones a través del telescopio espacial James Webb de la NASA.
-Su especialidad son los objetos transneptunianos. ¿Por qué son importantes?
-Son cuerpos de menos de 2.000 kilómetros de diámetro que se ubican más allá de la órbita de Neptuno, en las zonas más frías del sistema solar. Se componen de materiales que prácticamente en su totalidad son hielo, pero hielos no solo de agua, sino también de otros compuestos. Y son cuerpos que prácticamente no han cambiado desde el origen del sistema solar. En 1930 se descubrió el sistema Plutón-Caronte, y no fue hasta 1992 que se encontró el siguiente cuerpo transneptuniano, Albión o 1992 QB1.
-Estudiarlos es analizar el origen del sistema solar.
-En parte, sí. Los hemos estado estudiando desde 1992. Su espectroscopia desde tierra o fotometría usando Spitzer. Sabemos que son fundamentalmente de hielo de agua, con otros materiales oscuros, de distintos colores, que sobre todo son silicatos y compuestos orgánicos complejos muy procesados por la radiación solar y la cósmica.
-Y el James Webb es un salto.
-Sí, nos permite estudiar longitudes de onda infrarrojas, lo que hace que sea un instrumento muy potente para detectar otros hielos en estos cuerpos...
-¿Hielos de otros compuestos?
-Sí, de metano, de dióxido de carbono, de metanol... Eso nos permite también saber cómo se comportan esos cuerpos cuando se adentran en el sistema solar y pasan de temperaturas cercanas al cero absoluto a otras superiores. Recuerde que son objetos que están normalmente a más de 40 unidades astronómicas (la unidad astronómica equivale a la distancia media entre la Tierra y el Sol, unos 150 millones de kilómetros en números redondos). Cuando se adentran en el sistema solar los diferentes compuestos van reaccionando en función de la subida progresiva de las temperaturas.
-El James Webb nos hace pasar de la miopía a la vista de halcón.
-En cierto modo sí. En cuerpos como Eris o Make-Make nos ha dejado ver que hay mucho metano en forma de hielo, pero no solo eso, sino que estudiando la proporción del metano con cuatro de hidrógeno y el metano con deuterio, nos permite deducir que este compuesto se ha formado en el interior de esos cuerpos en la zona de contacto del agua y los compuestos orgánicos. Después probablemente ha viajado hasta la superficie a través de grietas, quizás en un proceso similar al criovulcanismo. Esto permite teorizar que tal vez en el interior de estos cuerpos pudo haber habido océanos de agua líquida.
-Agua líquida más allá de Neptuno...
-Sí.
-Y, trabajando junto con la NASA, ahora se viene a la Universidad de Oviedo.
-Será hacia el otoño de 2024. El ICTEA tiene grupos muy potentes, que van desde la cosmología hasta el estudio de cuerpos cercanos a la Tierra. Queremos formar una nueva línea de investigación liderada desde el ICTEA que complemente y potencie las ya existente.
-¿Cuál es la utilidad de estudiar los transneptunianos?
-Para mí, la ciencia pura y el conocimiento en sí mismos siempre han sido muy importantes. No solo amplía nuestro conocimiento, sino también las preguntas básicas que nos hacemos, que a su vez generan otras nuevas. En este caso nos permitirá saber cómo era el disco originario del sistema solar y la nube de materiales de la que procede, así como entender mejor los procesos de formación de los sistemas solares como los que siguen naciendo cada día.
-Conocer nuestro origen, en el fondo.
-Sí, es que los transneptunianos son una foto del disco original del Sistema Solar. También nos permite conocer cómo se han ido moviendo las líneas de nieve de cada material hacia el interior del sistema solar (la distancia en la nebulosa solar desde el centro del protosol donde esta lo suficientemente fría para que los compuestos de hidrógeno, como el agua, amoníaco y metano puedan condensarse en granos de hielo sólido).
-Más allá de Neptuno está el mayor volumen del Sistema Solar. ¿Y de la masa, obviando el Sol?
-La zona transneptuniana es mucho mayor que el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Hasta ahora hemos detectado unos 3.000 cuerpos, pero se cree que hay millones. Y más allá está la Nube de Oort, como una suerte de corteza de esfera, de la que vienen muchos cometas. Estudiamos también esos cometas para ver en qué se diferencian de los del entorno de Júpiter. Pronto entrará en servicio el 'survey' del observatorio Vera Rubin en Chile (cuya base se proyectó y construyó en las naves de Asturfeito en Avilés), que nos va a permitir un rastreo del cielo para descubrir más cometas y transneptunianos, incluso intentar detectar nuevos objetos en nuestro sistema solar.
-Aparte de los cuerpos helados, ¿en qué otros proyectos está trabajando?
-Lidero un proyecto con una colega del Instituto de Astrofisica de Canarias para estudiar la composición superficial y ver cómo de diversas son las familias de asteroides, en particular cuando tras colisionar liberan materiales que estaban bajo la superficie. Y eso puede tener mucho interés para la explotación de recursos presentes en esos cuerpos y su utilización por parte de la NASA y la ESA en futuras misiones de exploración espacial, que pueden estar más cerca de lo que parece.
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