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En 2019, el sureste de España sufrió uno de los peores temporales registrados hasta la fecha. Seis muertos, más de 4.000 evacuados, 80 carreteras cortadas y cientos de miles de hectáreas de cultivos perdidos. En medio de ese caos absoluto, de la pérdida y el miedo, los efectivos de refuerzo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) estuvieron al quite. En cuestión de días, desplegaron un campamento de emergencia para dar cobijo y alimento a los miles de damnificados.
Si entonces pudieron actuar con tanta rapidez fue, precisamente, porque los detalles de la operación habían sido ensayados previamente, una y otra vez. Como parte de este entrenamiento, los próximos días 160 efectivos de la UME realizarán ejercicios de simulación en Gijón, en las inmediaciones del parque Hermanos Castro.
El campamento, que ya ha sido desplegado, tiene una capacidad para 500 personas y cuenta con gran cantidad de servicios: cocina, comedor, hospital y tiendas individuales en las que pernoctar. Estas últimas, para mayor comodidad, disponen de separadores a modo de habitación. Así, en una situación real, las familias podrían pasar el trance de emergencia juntas, sin ver afectado su núcleo de convivencia. «Al montarlo nos ponemos en la piel de quien llega con lo puesto. Nuestra misión es hacerles sentir lo más seguros posible», explicó el teniente coronel Fernando Meana.
El batallón del Grupo de Apoyo en Emergencias del Ejército funciona también como músculo logístico de la UME, desplazando equipamiento, transporte y maquinaria. Si durante las misiones de extinción de incendios se avería una de las autobombas, ellos son capaces de montar un taller desplegable para arreglarlo. Además, disponen de una flota de más de 40 vehículos que permiten llevar a cuestas los útiles para montar el campamento.
En situaciones de emergencia, las necesidades básicas de las personas se vuelven prioritarias por eso es tan importante la función de estos efectivos que se aseguran de que «la gente pueda tener un baño donde asearse, una cama donde dormir o un bocadillo que llevarse a la boca», emplazó el teniente coronel Meana.
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En estos ejercicios participan ocho mujeres, en calidad de soldados y cabos. Lejos de recibir un trato diferencial son consideradas «como compañeros», es decir, «con las mismas exigencias y misión que el resto», manifestó Meana. Como parte de la simulación de servicio que estos días ejecuta este batallón en Asturias, hoy todos sus efectivos se desplazarán a Covadonga. Allí, realizarán una marcha a pie de unos 25 kilómetros desde la cueva hasta los lagos así como otro tipo de actividades y ejercicios para trabajar la orientación y la cohesión de grupo.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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