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JUAN VEGA
LA FRESNEDA.
Viernes, 4 de septiembre 2020, 01:31
Blanca Mabel Otero, la mujer de 68 años que llevaba desaparecida desde 1995 y que el pasado sábado fue encontrada por la Policía en estado de deshidratación aguda en su casa de la Fresneda, se recupera favorablemente la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital ... Universitario Central de Asturias.
«Ella se encuentra más animada y los médicos están muy contentos de cómo evoluciona, hasta le han retirado algo de la medicación», comenta su hermano, quien los últimos días ha vivido una tormenta de emociones al enterarse de que Blanca, que se marchó de León hace 25 años, vivía a menos de 30 kilómetros de su casa. El impacto fue mayúsculo. Ahora, acude cada tarde a verla en el hospital. Y a pesar de poder estar únicamente una hora a su lado, describe cada minuto que pasa con ella como «un regalo de valor incalculable».
«Vamos a esperar a que todo esto termine para poder recuperar el tiempo perdido», añade. Una vez que Blanca salga del Hospital, su idea es llevársela a vivir a su casa de Gijón, donde dispone del espacio suficiente para acogerla. «Ella lo ve con buenos ojos, ya tengo cosas pensadas que podemos hacer», matiza. Hasta entonces, seguirá acudiendo a la UCI todas las tardes para seguir prestándole apoyo en su recuperación.
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A pesar de llevar tantos años sin verla, nunca perdió la esperanza del reencuentro: «Hubo muchos altibajos, pero por un familiar nunca pierdes la esperanza». Un cuarto de siglo con el corazón en un puño se esfumaron en un instante después de que, el pasado sábado, los vecinos de Blanca -a quien conocían como Eva-, que habían notado que desde hacía semanas se quejaba de un problema en sus piernas y preocupados porque hacía unos días que no la veían, alertasen a la Policía Local de Siero. En una operación conjunta con la Policía Nacional, los agentes ayudaron, sin saberlo, a resolver el misterio de su desaparición.
La historia de la desaparición de Blanca comenzó el 30 de noviembre de 1995, cuando decidió por cuenta propia abandonar el piso que compartía con otra chica en León. Después de dos años buscándola, su madre, quien actualmente se encuentra en una residencia de Gijón, interpuso una denuncia por su desaparición en 1997. Una denuncia que años más tarde sus familiares retirarían tras recibir una carta escrita por Blanca en la que les pedía que no la buscasen más y le decía que les «escribiría en un futuro». Pero la búsqueda no cesó. Se llegó a pensar que había desaparecido en Gijón.
Años más tarde, Blanca se mudaría a La Fresneda, donde alquiló una casa en el centro de la localidad. Sus vecinos más próximos aseguran que su ocupación laboral era pasear sus mascotas, cuidar a niños pequeños y realizar trabajos de limpieza en alguna casa. A pesar de haber sufrido el impacto de su doble identidad, la describen como una persona muy «educada» y un poco reservada.
Su desaparición se dejó de investigar hasta que el pasado mes de mayo se la relacionó con el fallecimiento de la 'Dama del Camello' en Santander. La prueba de ADN reveló que Blanca no había fallecido en la costa cántabra, pero ayudó a reactivar su búsqueda. Un hecho que sería determinante para que la Policía Nacional determinase el sábado que Blanca Mabel Otero había aparecido, después de 25 años, en Asturias.
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