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Educación desestimó el curso pasado el 95% de las 129 denuncias presentadas por acoso

De los 85 casos investigados en este curso, la consejería ha reconocido que hubo maltrato escolar en seis

Domingo, 17 de febrero 2019

Las estadísticas, las cifras, ayudan a tomar conciencia de una determinada realidad, pero detrás de ellas puede haber mucho sufrimiento. Porque eso es lo que supone el acoso escolar. Durante el último curso escolar, el 2017-2018, a la Consejería de Educación del Principado le fueron notificadas 129 de esas historias. 129 denuncias de posible acoso escolar. De ellas, tan solo en seis casos la Administración «constató» que existiera. Es decir, el 95% de las denuncias fueron desestimadas tras activarse el protocolo y realizar los trámites fijados en él. La tendencia continúa. En lo que va de curso (hasta el 6 de febrero) han sido registradas 83 denuncias. «En 65 casos se ha constatado en el paso uno del protocolo que no existen indicios de acoso escolar», mantiene el Principado. En los 18 casos restantes se continuó con los siguientes pasos del protocolo con los siguientes resultados. En seis de esas denuncias «no se constata acoso escolar y en otras tantas, sí». En los otros seis posibles casos, «aún no han finalizado las indagaciones para poder concluir si existe o no acoso escolar».

La tendencia es, por lo tanto, la misma: la inmensa mayoría de las denuncias que llegan a la Consejería de Educación -a través de los propios centros, las familias, la comisión de escolarización e incluso por denuncias policiales- son desestimadas. Sobre el porqué de esta situación no hay una respuesta por parte de la Consejería de Educación, que prefiere no valorar los datos de forma pública. Muchas preguntas, por lo tanto, quedan aún en el aire. ¿Están funcionando los protocolos de actuación? ¿Dan los datos una radiografía exacta del bullying en Asturias? ¿En qué consiste ese 95% de denuncias que son desestimadas? ¿Llegan a los organismos oficiales todos los casos que se producen en las aulas asturianas?

Para empezar, hay que tener en cuenta que hasta ahora existían pocos datos oficiales sobre. Hay muchos estudios, encuestas de diferentes organismos y según quién sea la fuente, la metodología del estudio o incluso qué se considera acoso, la incidencia varía entre algo menos del 4% hasta el 10%. Hay estadísticas que hablan de que hasta un 24% de los alumnos españoles lo ha sufrido en alguna ocasión.

En el caso de Asturias, si se tomaran como referente esas 129 denuncias, la incidencia sería mínima. En cuanto al Ministerio de Educación, los datos oficiales más recientes son los que se ofrecieron en una respuesta parlamentaria en septiembre de 2018. En esa foto fija, en Asturias se registraron durante el año 2017 (no se puede comparar, por tanto, con los datos del Principado, ya que son de periodos distintos) un total de 51 casos de acoso, lo que supone un aumento respecto a los 39 del ejercicio anterior. Asturias ocupa el séptimo puesto en el ranking por comunidades del año 2017 y el número de denuncias registradas se ha incrementado en un 88,89% desde 2012. La mayor parte de los casos de 2017 se dan en la franja de edad de los 15 a los 17 años, aunque llaman la atención los tres casos registrados entre niños de seis a ocho años.

Mayor visibilidad

Preocupa también que por primera vez en España se superara, al menos de forma oficial, el millar de casos de bullying al año. Porque en eso sí coinciden todas las fuentes: las denuncias aumentan año tras año.

Andrés Bellido, maestro, orientador y psicólogo, es uno de los referentes a la hora de abordar este problema. Creador del método Tutoría entre Iguales (TEI) contra el acoso, que en Asturias está implantado en casi un centenar de colegios, considera que, pese a lo que pudiera parecer, el aumento de denuncias es una «excelente noticia». «No significa que aumenten los casos, sino que se les da una mayor visibilidad, y eso es el primer paso para actuar», remarca Bellido, quien considera que hay una incidencia de acoso de más del 20% en nuestras aulas y admite que a las consejerías de Educación de todo el país llegan tan solo «no más del 5% de los casos reales». Ahí hay un nuevo espacio de acuerdo entre muchos agentes. Orientadores, fundaciones y asociaciones consideran que los casos están muy por encima de las cifras oficiales. «Es un tema tabú en el siglo XXI, el acoso se silencia, muchas familias no quieren decirlo o tienen miedo a denunciar», critica Encarna García, presidenta de ACAE (Asociación Contra el Acoso Escolar).

En Asturias, el protocolo a seguir está fijado. Una vez el problema llega a la consejería, el procedimiento sigue tres fases, en cada una de las cuales se puede desestimar la denuncia: en la primera, tras la notificación, hay una reunión con la familia de la posible víctima; en una segunda se profundiza en los indicios y la adopción de medidas cautelares si fueran necesarias; y en la tercera se activa el plan de actuación, que incluye medidas correctivas. Buena parte de los colegios e institutos tienen sus propios protocolos de detección y resolución de los casos de bullying. Un mecanismo que trata de atajar desde el primer momento estos posibles comportamientos pero que, a la vez, limita los datos que llegan a la consejería. Ángel Jiménez es el orientador de uno de los institutos pioneros en la adopción de medidas contra el acoso escolar.

«En el IES Carreño Miranda tenemos una reunión semanal en una Comisión de Convivencia y nos preocupamos de formar a alumnos para que después expliquen los diferentes tipos de acoso y las formas de evitar la indefensión». En este centro lanzaron una aplicación móvil, 'Help ME', desde donde se puede comunicar, de forma anónima, cualquier tipo de maltrato e incluso permite solicitar ayuda a los posibles testigos. «La prevención y el trabajo que hacemos desde Primaria está funcionando, porque este curso llevamos tan solo cuatro casos que han quedado en algo puntual».

Actuar en Primaria

Los datos y estudios coinciden en que la etapa de Primaria es clave para atajar esas potenciales conductas. Lo advierte Bellido: «Cuidado con las conductas cuando son pequeños». De hecho, el TEI se ha extendido ya a Infantil. Y lo remarca Diana Díaz, directora de la Fundación Anar, ONG estatal de referencia en la protección de la infancia: «El acoso escolar empieza en edades muy tempranas, una edad media de 10,9 años de forma presencial, que se convierte en ciberbullying a los 13,5 años».

Uno de los tipos de agresión que aumenta desde 2016 es la relacionada con la orientación sexual. Desde el Conseyu de Mocedá de Xixón, con gran experiencia en actividades de mediación en los institutos, aseguran que «maricón y gay siguen siendo insultos habituales». En sus visitas a los centros constatan que «chicos y chicas tienen interiorizadas como normales conductas como prohibir que participen otros compañerosen el grupo o ignorarles cuando hablan».

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