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E. RODRÍGUEZ / O. ESTEBAN
GIJÓN.
Domingo, 19 de abril 2020, 01:30
Saben que es casi inevitable y que se trata de buscar soluciones, pero eso no resta preocupación. Decanos y directores de la Universidad de Oviedo coinciden (con alguna excepción) con lo que el Ministerio de Universidades ha recogido en su informe: que es imposible controlar ... al 100% los posibles fraudes en los exámenes 'online'. Quizás por eso, y ante la puerta que el rectorado ha dejado abierta, algunos docentes han optado por mantener la posibilidad de examinar de forma presencial cuando sea posible.
Es la opción mayoritaria en los grados de Medicina y Ciencias de la Salud y también en algunos sectores de Derecho, por ejemplo. El decano de Medicina, Alfonso López Muñiz, hace un primer resumen: «Los exámenes no presenciales no cumplen las garantías suficientes de seguridad y, muy especialmente, de equidad». Algunos estudiantes, advierte, también están en contra. Carmen Benavides es decana de la Facultad de Economía y Empresa, y califica de «proeza» hacer exámenes a grupos que, en su caso, pueden tener hasta 80 alumnos. Eso, sin olvidar las «injusticias» que se pueden originar entre estudiantes que ya se evaluaron en el primer cuatrimestre y los que decidieron esperar a la siguiente convocatoria; ante la modalidad, por ejemplo, de limitar el tiempo para responder cada pregunta o para los estudiantes que estén en situaciones «más desfavorecidas». Benavides destaca que la evaluación presencial trata también de «garantizar que la persona que estás evaluando dice ser quien es», algo que de forma telemática se complica. La decana considera que se podrían haber estudiado otras alternativas, como prolongar el curso hasta septiembre.
Asun Cámara, directora de la Politécnica de Mieres, hace un llamamiento al alumnado, al que pide «honestidad. Que no aprovechen una situación tan dramática en beneficio personal, que sean intelectualmente solidarios con su región y con su país».
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Por su parte, Juan Carlos Campo, director de la EPI de Gijón, coincide en la complejidad de este sistema, aunque destaca el esfuerzo que supone buscar soluciones para no dar por finalizado el curso. En la escuela, algunos docentes han preferido esperar a poder hacer exámenes presenciales, aunque la mayoría busca alternativas. Sea como fuere, todos tienen de plazo hasta el día 20 para presentar al rectorado las decisiones.
La excepción la marca Javier Teruelo, decano de Derecho. Le parece «injusto» que se ponga en duda la actuación de los alumnos. No es que tenga fe ciega en que nadie vaya a copiar, advierte, sino que «en principio, no tenemos razones para desconfiar de antemano. No podemos dar por hecho que lo van a hacer y mucho menos con carácter general. No es una seguridad absoluta, es ausencia de razones para pensar mal, que van a copiar, al menos la inmensa mayoría». Y apunta otra cosa: «Si fuera al revés, si alguien dijera que duda de la honestidad del profesorado, nos parecería desagradable».
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