Detenido y con una orden de alejamiento el exnovio de la menor agredida en Riaño

Fue la propia adolescente la que acudió a la comisaría de Langreo en la tarde del pasado sábado. Acompañada por varios amigos, denunció a su exnovio por grabar su agresión y difundirla en redes sociales y entre conocidos. Desde ese momento, los agentes comenzaron a buscar al joven, que no fue localizado hasta este miércoles.

Se da la circunstancia de que, hasta la interposición de la denuncia, había sido visto por varias personas en La Felguera. Además, en la noche del pasado sábado -horas después de ser denunciado- apareció quemada la moto de este joven en una calle de dicha localidad, presuntamente en represalia por permitir que sus dos acompañantes agrediesen a la menor que había tenido con él una relación de pareja y con el que creía mantener una amistad.

Además, según ha podido conocer EL COMERCIO, la investigación podría demostrar que el exnovio de la menor agredida es autor de otros delitos como el de omisión de socorro, cooperador necesario para materializarse la agresión y otro de allanamiento de morada con intimidación por entrar en casa de la abuela en la tarde del martes 28 de junio. Este último también podría ser imputado a los dos agresores de la menor, que también acudieron a dicha vivienda. Los otros dos implicados fueron detenidos pasadas unas horas del brutal suceso. Tras prestar declaración, también fueron puestos en libertad con cargos y una orden de alejamiento de la menor. Lo primero que hicieron fue presentar una denuncia de robo contra la joven. Según los presuntos agresores, les habría sustraído un bolso, un móvil de última generación y una tablet por valor de 3.000 euros. La menor lo niega.

Los hechos comenzaron, como se decía, el martes 28 de junio. Ese día, una mujer de 29 años, acompañada de un hombre de 47 y de la ex pareja de la menor, de 23, se presentaron sobre las seis de la tarde en el domicilio de Riaño, donde la menor vive con su abuela. Tras varias amenazas, entraron en la vivienda, accedieron a la habitación de la menor y, según su propio testimonio, lo revolvieron todo sin encontrar ninguna prueba del supuesto robo que la menor niega. Abandonaron el domicilio mientras mantenían su acusación contra ella.

Sobre la una de la madrugada, el timbre del domicilio sonó. En esta ocasión era la expareja de la adolescente que, con la excusa de devolverle un chándal, la convenció para bajar al portal a pesar de la oposición de su abuela. Nada más abrirse la puerta de ascensor, los que consideraba sus amigos se abalanzaron sobre ella, la tiraron en el suelo y con unas tijeras y una maquinilla de afeitar intentaron raparle la cabeza. Durante varios minutos la menor chilló procurando defenderse hasta que los vecinos del bajo abrieron la puerta y los agresores huyeron, al igual que su expareja, quien supuestamente en todo momento se mantuvo en el portal grabando la agresión. La menor convenció a la abuela para que no relatara lo ocurrido. Sobre las 11 de la mañana, una conocida de la madre le envió el vídeo de la agresión. Tras acudir al médico, ambas se dirigieron a la comisaría para interponer la denuncia.