Con Carmen del Valle, a las puertas del Teatro Campoamor, en mayo de 2008. Iban a estrenar 'La montaña rusa'. :: EFE

Muerte de Arturo Fernández | El empresario: cuatro décadas de proyecto empresarial sin subvenciones

Su compañía se llamaba Jandro, en honor al minero asturiano que interpretó en el cine. Actuaba, pero también dirigía y producía

O. E.

GIJÓN.

Viernes, 5 de julio 2019, 04:39

Presumía de ello una y otra vez. Nunca, decía e insistía una y otra vez, había recibido ninguna subvención pública. Pero su compañía teatral, Jandro (nombre puesto en honor del minero asturiano que interpretó en el cine en 1965 bajo la dirección de Julio Coll) era la más longeva del país. Más de cuatro décadas de trayectoria empresarial, de montajes que recorrieron los teatros de España y siempre lo hicieron con éxito. Notó la crisis, llegó a confesar, pero «es más fácil resistir los malos tiempos cuando realizas un trabajo solvente». Actuaba, sí, pero también dirigía, producía y llenaba teatros. Dicen que incluso supervisaba los decorados de sus espectáculos. «Delego pero controlo», decía. Era perfeccionista y el engranaje del teatro, aseguraba, era complicado.

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Arriesgaba su propio dinero. Siempre dependía de las entradas vendidas en taquilla. Porque las ayudas públicas, a su juicio, debían ser solo para cuestiones de interés general que, por su coste, fueran inviables para la iniciativa privada. Admitía que sus montajes eran caros, procuraba contar siempre con lo mejor de lo mejor, pero «los he amortizado todos». Por todo ello nunca dudó en usar la independencia que le daba esa falta de ayudas públicas para criticar espectáculos subvencionados. «Siempre he creído que la libre competencia es la mejor manera de espolear la creatividad». Y añadía: «El arte no necesita dinero, necesita imaginación y creatividad, en cuanto al arte le das dinero deja de crear».

Había hecho mucho cine y mucho teatro cuando decidió fundar su propia compañía. De hecho, ya había recibido para entonces la Medalla de Oro del Teatro y el Premio de la Crítica de Barcelona, por ejemplo. Fue en 1966, junto con Conchita Montes y Adolfo Marsillach.

El montaje de cada obra le suponía unos cuatro meses de trabajo previo, solo para los ensayos y la ejecución de decorado, vestuario, música... 'Alta seducción', 'Enfrentados', 'Los hombres no mienten', 'La montaña rusa', 'Esmoquin' y 'Esmoquin 2', 'Mejor en octubre'... son solo algunas de las producciones con las que, durante décadas, llenó teatros en todas las provincias. Antes de esas estuvieron 'Pecados conyugales', 'Dulce pájaro de juventud' o 'Los caciques'.

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