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Miércoles, 12 de agosto 2020, 01:53
Las autoridades sanitarias asturianas comprobaron a principios de mes que cuatro pasajeros del vuelo de Volotea procedente de Ibiza del pasado 31 de julio eran casos activos de COVID-19. La confirmación de los contagios motivó la realización de pruebas PCR a los pasajeros que habían sido contactos estrechos de esas personas. Todos dieron negativo, por lo que no hubo contagios en el vuelo, pero, como medida preventiva, Volotea optó por poner en cuarentena a la tripulación.
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