O. ESTEBAN
GIJÓN.
Domingo, 20 de septiembre 2020, 01:31
«Antes de ir al cole, me tomo la temperatura, cojo la mochila, me lavo las manos y me pongo la mascarilla». Una vez en el 'cole', «busco mi puerta, guardo la distancia, me coloco en las marcas. Debo ser muy ... puntual». A partir de ahí, «seguimos a la profe guardando la distancia, sigo el camino de mis huellas, voy a mi sitio, cuelgo la chaqueta en mi silla, cuelgo la mochila en mi silla, y me siento. Nos lavamos las manos, manos bien limpias. Mascarilla bien puesta y listos para empezar». Antes de ir al patio para el descanso, «merendamos en la clase. Salimos al recreo, jugamos en nuestra zona guardando la distancia. Cuando se acabe el recreo subo en fila con distancia, me lavo las manos». Y a la hora de salir, «recojo mi mochila, coloco la silla y espero en mi sitio. Bajamos en fila con distancia, y a casa o al comedor. ¡Y hasta mañana!». El claustro del colegio Santa Olaya de Gijón ha elaborado un didáctico vídeo (que incluso ha compartido el director de Salud Pública del Principado) para explicar a sus alumnos cómo serán las cosas en este nuevo curso. Cómo son las nuevas normas de la nueva normalidad.
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No es el único centro que ha optado por este formato, porque los cambios son muchos y muy importantes. Para empezar, no entrarán a la misma hora que de costumbre ni por la misma puerta, ya que los accesos y salidas se han escalonado. Donde antes las familias accedían al patio para 'entregar' a los niños, ahora lo harán en la calle. Algunos no estarán con los mismos compañeros, ya que las aulas han sido desdobladas o han dado lugar a las unidades internivel. Y la cuestión es que solo podrán relacionarse con quienes estén en su clase. Son los denominados grupos burbuja, método que tratará no tanto de evitar los contagios sino que, en caso de que estos se produzcan, el brote sea fácil de controlar y no sea necesario llegar a cerrar el colegio por completo.
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Los recreos han sido pintados, zonificados, para que cada grupo juegue en su zona, sin contacto físico con los demás. Las horas de los recreos también han sido modificadas para que no coincidan todos a la vez.
Los alumnos llegarán con mascarilla, obligatoria a partir de los 6 años y recomendada entre los 3 y los 5 (aunque hay colegios que prefieren descartar su uso en Infantil). Más que nunca, su material irá identificado, porque la tradicional enseñanza a los niños de lo importante que es compartir desaparece este año de un plumazo. No se puede compartir nada. A partir de Primaria, además, todos irán provistos de su propio gel hidroalcohólico y pañuelos desechables. También deben llevar una botella de agua con su nombre, porque las fuentes de los centros no estarán en uso.
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Por organizar, hasta se han tenido que organizar los turnos para lavar las manos, tarea nada sencilla en algunos centros con cientos de alumnos y pocos baños. Sin olvidar que siempre tendrá que haber un docente para supervisar esos momentos.
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Los grupos burbuja deben mantenerse en el comedor escolar, con toda la dificultad que eso supone. Porque esta vez el colegio necesita saber no solo el número de niños que hacen uso del servicio, sino qué niños son. Quienes no sean del mismo aula deben estar sentados con distancia de seguridad. Grupos burbuja que deberían mantenerse también en la atención temprana, es decir, entre aquellos niños que acuden al centro a partir de las 7.30 horas de la mañana. En estos últimos días han surgido dudas en algunos sitios sobre si dichas aulas están dotadas del personal necesario. En el caso de los comedores, los colegios han habilitado otros espacios, como los gimnasios. Otro cambio relacionado con la comida: en este curso desaparece una parte importante de la educación en buenos hábitos, porque no podrá haber cepillos de dientes en los centros, para evitar el peligro que supone lavarlos sin la distancia adecuada.
Tanto en los recreos como en la Educación Física se prohibirá el uso de determinado material, como balones.
Una de las cuestiones que más se ha repetido desde el inicio de la pandemia es que el riesgo de contagio es menor en el exterior. Por eso se ha instado a los centros a aprovechar esos espacios. En cualquier caso, las aulas deben ser ventiladas al inicio y final de la jornada y entre las clases. Algunos colegios han establecido como rutina ventilarlas varias veces durante una misma clase y los hay que hasta llevarán un registro de cuántas veces y durante cuánto tiempo son ventiladas.
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Pero, sobre todas las cosas, normas y recomendaciones, se solicita una: la colaboración y compromiso de las familias. De hecho, deberán firmar una declaración conforme se comprometen a no llevar en ningún caso a sus hijos al colegio cuando tenga fiebre (hay que tomar la temperatura a diario y algunos centros lo harán ellos mismos), cualquier síntoma compatible con la covid o hayan convivido con algún caso sospechoso. Por otro lado, la asistencia a clase es obligatoria y solo un informe médico puede justificar que un niño no acuda al centro.
Algunas claves para la vuelta a clase
Tranquilidad Los niños resultan poco afectados por la covid y, en la mayoría de los casos, de forma leve. Los adultos deben transmitir tranquilidad a los niños que se muestren preocupados.
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Ir a clase La escolarización presencial debe ser un objetivo prioritario.
Normas pocas y claras Evitar generar confusión y ansiedad en padres, niños y profesores.
Educación para prevenir La tarea educativa en casa y en el colegio para prevenir contagios es fundamental.
Afrontar nuevas situaciones Con respuestas individualizada, quizás sin garantías de que sean eficaces.
Mascarilla Los niños deben utilizarla, guardar la distancia, lavarse las manos con jabón frecuentemente. Hay que ventilar las aulas.
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Material Cada niño tiene que utilizar el suyo propio y sus libros, llevar una botella de agua y un paquete de pañuelos desechables. Además, los padres no deben agruparse en la entrada y salida de los centros.
Abuelos Su protección es fundamental y prioritaria. Siguen siendo los más vulnerables.
Sospechas Las recomendaciones médicas sobre el niño enfermo son las mismas que otros cursos. Si existen convivientes afectados o con sospecha de covid, lo más prudente es preguntar.
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